Empleo
Un chino que vive en España revela la diferencia entre trabajar con chinos y europeos: “No hay ese miedo”
Anxiang Yina trabajó en China y ha dirigido grupos de trabajo con personas de ambos continentes. Los cambios son palpables
Cada país es un mundo a todos los niveles. Todas las naciones tienen unas costumbres y un estilo de vida particulares, que en muchos casos llega a ser opuesto al de otras. También cambia el carácter y la forma de ser de las personas.España, como se pudo ver el día del apagón, suele ser un país con personas de mente abierta, sociables y que les gusta compartir experiencias con otras. En cambio, cuando a un español no le gusta algo o está en descuerdo, suele mostrarlo.
La forma de ser de las personas también florece en un ámbito en el que pasan muchas horas, el trabajo. No es lo mismo trabajar con grupos de personas españolas que de otros países. No es una afirmación sin fundamento, es a la conclusión a la que llegan personas que lo han vivido. Anxiang Yina, cofundador de Nutrabetter y profesor en ESADE, trabajó varios años en una marca multinacional española en China y ha dirigido grupos de trabajo con personas de ambas nacionalidades. Explicó las diferencias en el podcast 'Suena a Chino'.
Esta es la diferencia entre trabajar con personas chinas y europeas
Comienza explicando la mentalidad en el país asiático y su principal problema: "Uno de los desafíos que tenemos muchos a la hora de gestionar el equipo allí en China es el flujo de información". Desarrolla su explicación: "Por la cultura y los valores, toda la sociedad, las empresas y las familias es una cultura muy 'top down'". Este término tiene un significado, que lo muestra con un representativo ejemplo a nivel laboral, que se da en varias situaciones como la siguiente: "Cuando vas a una reunión semanal con el equipo y les preguntas la opinión sobre un tema".
Revela cómo responden ante ello: "La gente no dice ni mu, tiene expectativas de que tú tomes la decisión y les digas qué tienen que hacer". Estás acostumbrados a acatar órdenes y no a participar de forma activa a nivel empresarial. Esto choca frontalmente con lo que ocurre en el viejo continente: "En Europa, en las reuniones, tú ves mucha participación por parte del equipo". Los europeos son más proactivos y se mojan más: "Te comparten su opinión". También son capaces de rebatir algunos asuntos: "Si no les parece bien algunas creaciones de la empresa, lo comentan".
Su conclusión final sobre las diferencias es clara: "No hay ese miedo, no hay esa cultura tan jerárquica en la que tu no manifiestas lo que piensas". El entrevistador añade lo que se suele hacer allí: "Solamente obedeces, ejecutas y ya está". La cultura oriental es más de mando, mientras que en la occidental la mente está más abierta y se tiende a escuchar a las personas de menor rango. No es algo totalmente establecido, pero sí habitual.