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Cómo los simios comenzaron a caminar: brazos para colgarse de los árboles y “piernas” como las humanas

Los fósiles del espécimen, encontrado en Alemania, arroja luz sobre cómo podrían haber sido los simios antes de ser bípedos, según el estudio publicado ayer en “Nature”

Fragmentos óseos del esqueleto de un Danuvius guggenmosi
Fragmentos óseos del esqueleto de un Danuvius guggenmosilarazon

Los fósiles del espécimen, encontrado en Alemania, arroja luz sobre cómo podrían haber sido los simios antes de ser bípedos, según el estudio publicado ayer en “Nature”.

Un equipo de paleontólogos ha descubierto una nueva especie de simio que vivió durante el Mioceno, hace unos 11,6 millones de años. Los fósiles del espécimen, encontrado en Alemania, arroja luz sobre cómo podrían haber sido los simios antes de ser bípedos, según el estudio publicado ayer en “Nature”.

Es decir, una especie de simio cuyo medio de locomoción no estaría principalmente basado en el uso de las extremidades superiores, sino que empezaría también a caminar utilizado las inferiores.

Es una investigación relevante porque desde principios del siglo XIX los evolucionistas han estado debatiendo cómo se empezó a caminar, cómo hemos pasado los humanos, que también somos simios, a ser bípedos”, explica a este periódico Antonio Rosas, paleoantropólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Desde hace más de dos siglos se han propuesto diferentes teorías para explicar el bipedalismo homínido sin embargo faltaba la evidencia fósil que permitiera responder a este importante interrogante. Así, se ha sugerido que evolucionó a partir de un cuadrúpedo que pone todo su pie en el suelo, similar a los monos, o de un cuadrúpedo más suspensivo, que fuera más similar a los chimpancés. La paleontóloga Madelaine Böhme y sus compañeros han llamado a este nuevo simio cuyos huesos completos de las extremidades fueron localizados en Algovia, una región al suroeste de Baviera, como Danuvius guggenmosi.

Danuvios era un simio con brazos adecuados para colgarse de los árboles pero con piernas parecidas a las humanas. En concreto, los autores del estudio sugieren que Danuvius proporciona la evidencia de lo que llaman “trepar con los miembros extendidos”. Y es que es simio habría podido utilizar las extremidades superiores para moverse a través de las ramas de los árboles, pero, y a diferencia de otros simios como los gibones o los orangutantes que no usan tanto sus extremidades inferiores como las superiores para la locomoción, esta especie tenía extremidades inferiores que se mantenían rectas y que podrían haber utilizado para caminar.

Además, este simio también tenía un dedo gordo oponible, lo que significa que habría caminado apoyando la planta de los pies. De ahí que los autores concluyan que guggenmosi ilustra la forma en la que los simios comenzaron a caminar sobre sus extremidades inferiores antes de llegar al suelo.

“Tener las manos liberadas para caminar, una cualidad que nos hace ser como somos, que nos diferencia de otros primates. Saber de dónde arranca el bipedismo es una pregunta importante porque nos ayudaría a entender nuestro pasado, a reconstruir ese antepasado del que venimos, aunque eso no quiere decir que Danuvius guggenmosi represente a nuestros antepasados directos”, hace hincapié Rosas.