Ciencias naturales

Así se descubrió la bacteria volcánica y peluda de Canarias y otras especies del Top 10

La bacteria «Thiolava veneris»
La bacteria «Thiolava veneris»larazon

Esta nueva bacteria produce estructuras largas, parecidas a cabello, compuestas de células bacterianas dentro de una vaina. La llamaron «pelo de Venus», antigua diosa romana de la belleza y el amor.

Cuando el volcán submarino Tagoro entró en erupción en la costa de El Hierro en 2011, aumentó bruscamente la temperatura del agua, disminuyó el oxígeno y liberó cantidades masivas de dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno, eliminando gran parte del ecosistema marino existente. Tres años más tarde, científicos de la Universidad de Barcelona y del Instituto Español de Oceanografía encontraron los primeros colonizadores de esta área recién depositada: una nueva especie de bacteria que produce estructuras largas, parecidas a cabello, compuestas de células bacterianas dentro de una vaina. Llamaron a esta bacteria “pelo de Venus”, antigua diosa romana de la belleza y el amor. Esta bacteria produce estructuras parecidas a pelos que, como si de una alfombra se tratase, han cubierto unos 2.000 metros cuadrados alrededor de la cima de este volcán situado a unos 130 metros de profundidad.

Su presencia, dadas sus características metabólicas únicas, allanan el camino para el desarrollo de un futuro ecosistema en este volcán submarino. “Es de la clase Gammaproteobacteria y forma un conglomerado complejo y diferente al que se encuentra en fumarolas hidrotermales”, explicó ayer a este periódico Antonio G. Valdecasas, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y coordinador del “Top 10” de especies que elabora el doctor Quentin D. Wheeler, del Instituto Internacional para la Exploración de Especies (IISE).

En el Top 10 de especies seleccionadas entre las 18.000 descubiertas en 2017, llama la atención el tamaño de un “gigante”, un inmenso árbol de 40 metros -Dinizia jueirana-faco- hallado en la Reserva Natural Vale, en Brasil, dónde sólo se han localizado 25 ejemplares. “Los autores del trabajo cuentan que hace unos 10 años que habían enviado muestras de este árbol a Kew para su estudio, pues ya se pensaba que podría ser una nueva especie del género Parkia. No obstante, tras hacer estudios detallados de morfología, polen y moleculares, se vio que era una nueva especie de Dinizia”, del que hasta la fecha sólo se conocía la especie D. Excelsa, descubierta ya hace casi 100 años en los bosques amazónicos. Su hallazgo es clave, ya que la superficie de este tipo de bosques se ha reducido en más de un 15%.

Otro “taxón” de gran tamaño es la nueva especie de orangután hallado en Sumatra (Indonesia). Tras analizar los parámetros genéticos y morfométricos, los investigadores hallaron en 2017 que Pongo tapanuliensis, una población aislada en Batang Touru, es una nueva especie de orangután. Su tamaño es menor al de las otras especies, Pongo abelii y P. pygmaeus, con hembras de 1,2 metros de altura y machos menores de 1,5. Y los datos genéticos sugieren que esta especie, catalogada ya en peligro de extinción, se separó de las otras hace 3,3 millones de años. Las otras dos, en cambio, lo hicieron hace 674.000.

Pero si algo demuestra el Top 10 de este año es que cualquier espacio es propicio para que una nueva especie se desarrolle. Los investigadores han descubierto un organismo unicelular en el “Birch Aquarium, de la Scripps Institution of Oceanography, en San Diego, EE UU”. Su hallazo es clave, ya que descubrir una especie que está en la base de todos los eucariotas es aportar datos para el origen de toda esa gran biodiversidad, en la que estamos incluidos los humanos, dado que somos organismos eucariotas, con el núcleo separado por una membrana”.

En los fondos abisales, los investigadores han hallado un pez baboso, Pesudoliparis swirei, carentes de pigmentación interna y externa, y un crustáceo de unos 5 cm de longitud: Epimeria quasimodo, que debe su nombre al exoesqueleto curvado que hace que parezca que tiene joroba. Hallado en el océano Atlántico, “a entre 131 y 40 metros de profundidad tiene unos ojos rojos y cuerpo blancuzco rojizo”.

Más pequeño es el escarabajo de 9mm hallado en Duan, al sur de China, o el coleóptero Nymphister kronaueri hallado en Costa Rica de dos milímetros de longitud y que vive camuflado entre hormigas a las que se agarrada a su a abdomen cuando la colonia necesita trasladarse.

Cierran el top 10, una planta, Sciaphila sugimotoi, hallada en “la isla Ishigaki y en las islas Ryukyu, en Japón, y un fósil de león marsupial, descubierto en Australia.

“No se sabe con certeza cuántas especies quedan por descubrir. Hay estimaciones que van desde los ocho millones de especias hasta varias decenas de millones”, concluye el experto. De ahí que resulte clave conservar la flora y fauna, por los secretos que la naturaleza pudiera albergar.