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Una «Estrella de la Muerte» destruyendo un planeta

Los astrónomos han descubierto un objeto de gran tamaño y composición rocosa que se está desintegrando en espiral alrededor de una estrella enana distante, causando su destrucción y mostrando «algo que ningún humano ha visto antes», ha señalado el autor principal, Andrew Vanderburg del Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica (CfA). «Estamos viendo cómo un sistema solar se destruye», ha destacado.

El fenómeno demuestra que la ‘Estrella de la Muerte’ de la película Star Wars puede ser ficción, pero prueba que la destrucción planetaria es real. Además, confirma una teoría existente desde hace muchos años detrás de la fuente de contaminación por metales de las enanas blancas.

Según explica la agencia Europa Press, la evidencia de este sistema la obtuvo el telescopio Kepler de la NASA, que monitorea estrellas para estudiar el brillo que se produce cuando un cuerpo en órbita cruza ante ellas. Los datos revelaron una caída regular de la luz cada 4,5 horas, lo que sitúa el objeto en una órbita de, aproximadamente el doble de la distancia de la Tierra a la Luna. Es el primer objeto planetario es visto en tránsito en una enana blanca.

Ante esto, Vanderburg y sus colegas realizaron observaciones adicionales mediante una serie de instalaciones en tierra y, con la combinación de todos los datos, encontraron signos de varios trozos adicionales de material, todo en órbitas entre 4,5 y 5 horas.

El tránsito principal era particularmente prominente, oscureciendo la estrella en un 40 por ciento. La señal de tránsito también mostró un patrón similar a los cometas. Ambas características sugieren la presencia de una nube extendida de polvo que rodea el fragmento.

La cantidad total de material se estima en alrededor de la masa de Ceres, un objeto del tamaño de Texas que es el mayor asteroide del cinturón principal del Sistema Solar.

La estrella enana blanca se encuentra a unos 570 años luz de la Tierra en la constelación de Virgo. Cuando una estrella como el Sol alcanza el final de su vida, se hincha en una gigante roja y se sacuden sus capas exteriores. El núcleo caliente, del tamaño de la Tierra, que queda es una estrella enana blanca, y por lo general consiste en carbono y oxígeno con una delgada concha de hidrógeno o de helio.

Sin embargo, a veces, los astrónomos encuentran una enana blanca que muestra signos de elementos más pesados como el silicio y hierro en su espectro de luz. Este es un misterio, porque la fuerte gravedad de una enana blanca debe sumergir rápidamente estos metales.

Los teóricos especulan que las enanas blancas que muestran evidencias de metales pesados están ‘contaminadas’ al consumir planetas o asteroides rocosos. Sin embargo, la evidencia era a menudo circunstancial.

Una fracción de las enanas blancas contaminadas mostró signos de discos de escombros que las rodean, pero el origen de los discos era incierto. Ahora, el nuevo sistema muestra todas las teorías: una enana blanca contaminada, un disco de escombros que la rodea, y, al menos, un objeto compacto y rocoso. «Ahora tenemos una ‘pistola humeante’ que une la contaminación de la enana blanca con la destrucción de los planetas rocosos», ha señalado Vanderburg.

Los científicos han explicado que aún quedan preguntas sobre el origen de estos objetos rocosos. El escenario más probable es que la órbita de un planeta existente se volviera inestable y lo hiciera moverse hacia el interior y acercarse a la estrella.

Lo que es seguro, dicen los expertos, es que los objetos restantes no durarán para siempre porque están siendo vaporizados por el intenso calor de la enana blanca. Es decir, dentro de los próximos millones de años, más o menos, todo lo que quedará de este sistema será un polvo de metal fino en la parte superior de una estrella enana blanca de aspecto inocente.

Europa Press