Educación

Las claves de la formación del talento sénior

Quizás uno de sus mayores desafíos haya sido no perder el tren de la transformación digital y volver a los estudios que sean necesarios

Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
Adaptarse a la nuevas tecnologías en los estudios es el gran desafío de los sénioraJesús G FeriaLa Razón

Actualmente, en España, el talento sénior –trabajadores con una edad superior a los 55 años– representa una parte sustancial de la población activa, alcanzando los más de 4,1 millones de séniors ocupados, según el Mapa del Talento Sénior 2023 que publica el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre.

Son, además, profesionales que se han tenido que enfrentar a un contexto socioeconómico especialmente retador. Quizás uno de sus mayores desafíos haya sido no perder el tren de la transformación digital, pues se trata de generaciones que se incorporaron a un mundo laboral analógico y han tenido que ser capaces de adaptarse y dominar las nuevas tecnologías. También, han pasado de un contexto en el que saber idiomas era un plus considerable a otro en el que dominar el inglés se da por supuesto; sin olvidar las distintas crisis financieras que han tenido que superar, incluida una pandemia.

Por todo ello, los séniors por su experiencia, sabiduría, capacidad de adaptación y resiliencia se han convertido en un imprescindible para las compañías que les aporta un gran valor y que es fundamental cuidar y potenciar.

En este contexto, la formación emerge como una herramienta esencial para fomentar y e impulsar el talento sénior, profesionales que, aunque se encuentran en las etapas finales de su carrera, continúan desempeñando un papel crucial en las empresas.

Reconocer y aprovechar el gran conocimiento y las habilidades únicas que estas personas poseen no solo enriquece las organizaciones sino que también promueve el crecimiento profesional y personal de estos valiosos colaboradores.

Una de las razones clave por las que la formación es fundamental para el talento sénior radica en la necesidad de mantenerse actualizado en un mundo laboral en constante evolución. Aunque estos profesionales poseen una dilatada experiencia, es fundamental que estén al tanto de las últimas tendencias, tecnologías y mejores prácticas en sus respectivos campos. La formación continua les brinda la oportunidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos relevantes, permitiéndoles seguir siendo competitivos y eficaces en un entorno empresarial en acelerada transformación.

Además, la formación ofrece oportunidades para el crecimiento y la progresión profesional incluso en las etapas finales de la carrera. Para muchos profesionales sénior, la idea de jubilarse por completo puede resultar desalentadora ya que todavía tienen mucho que ofrecer y contribuir, proporcionando mentorización para empleados más jóvenes y la capacidad de enfrentar desafíos complejos con mayor eficacia. La formación les brinda la posibilidad de explorar nuevos roles, expandir sus habilidades y embarcarse en nuevas aventuras profesionales, lo que les permite mantenerse comprometidos y motivados.

Pero, ¿cómo debe ser la formación de estos profesionales? Podríamos hablar de cuatro ejes claves. El primero, la personalización y flexibilidad: reconociendo que el talento sénior tiene diversas experiencias, habilidades y objetivos profesionales, por lo que es fundamental ofrecer programas de formación personalizados y flexibles.

En segundo lugar, el enfoque en habilidades novedosas. Si bien el talento sénior posee una gran experiencia en su campo, es importante reconocer que el panorama empresarial está en constante evolución. Por lo tanto, la formación debe centrarse en el desarrollo de habilidades emergentes y la adquisición de conocimientos actualizados que les permitan mantenerse relevantes y competitivos en el mercado laboral actual.

La tercera clave sería la mentoría intergeneracional. La mentoría entre el talento sénior y los empleados más jóvenes es una herramienta poderosa para el desarrollo profesional y la transferencia de conocimientos. Al fomentar la colaboración intergeneracional, las empresas pueden crear oportunidades para que el talento más maduro comparta su experiencia con las generaciones más jóvenes, al tiempo que se benefician de nuevas perspectivas y habilidades.

Y, por último, la cultura de aprendizaje continuo: para replantear eficazmente la formación del talento sénior, las empresas deben promover una cultura de aprendizaje continuo en toda la organización. Esto implica crear un entorno en el que el aprendizaje sea valorado, incentivado y accesible para todos los empleados, independientemente de su edad o posición en la empresa.

En resumen, replantear la formación del talento sénior requiere un enfoque integral que reconozca y valore su experiencia, mientras se adapta a las demandas cambiantes del mundo empresarial actual. Al adoptar estrategias personalizadas, flexibles y centradas en el desarrollo profesional, las empresas pueden maximizar el potencial y el compromiso de sus profesionales más experimentados, asegurando así su contribución continua al éxito y la innovación de la organización.