
Violencia de género
Cómo sobrevivió la víctima paraguaya de un maltratador que cambió de género
Se le detuvo "por casualidad", aunque quiso engañar a los policías diciendo que no llevaba encima el carné de identidad y aportó los datos de su hermano

Cris, una mujer paraguaya afincada en España, ha podido respirar aliviada después del encarcelamiento de su expareja, un hombre que se cambió de género en el Registro Civil tras ser condenado en firme por maltratarla, y que pasó de llamarse Cándido a Candy.
Ahora, en una entrevista con EFE, la víctima reconoce que tuvo "mucho miedo" y sufrió un proceso judicial y de denuncias que fue "una cuestión de supervivencia" para ella.
Llegó a España hace más de 15 años desde su país en busca de una vida mejor; ahora vive en Camas, provincia de Sevilla (sur), y ha decidido no esconderse más.
Asegura que recibió las noticias sobre la detención del maltratador "sobre todo con alivio", aunque fuera de cámara confiese que no puede controlar todavía el miedo "irracional" a que aparezca.
En cualquier caso, ahora tiene "mucha tranquilidad y la sensación de haber conseguido un logro más", sin olvidar que tanto las agresiones que sufrió como los procesos judiciales "han sido años bastante duros, de mucha lucha, muy complicados".
Detenido por casualidad
La detención de su expareja fue el viernes pasado, cuando esa persona fue reconocida por unos policías en un bar de Espartinas, a 12 kilómetros de Camas.
En realidad, nada le impedía acercarse al pueblo donde vive Cris, la víctima, porque cuando se cambió de género con un simple trámite burocrático, según la legislación española, fue declarado 'mujer' y dejó de tener vigor cualquier orden judicial de alejamiento.
Se le detuvo "por casualidad", aunque quiso engañar a los policías diciendo que no llevaba encima el carné de identidad y aportó los datos de su hermano. Para esos agentes, Cris tiene palabras de agradecimiento, igual que para su abogado, José Antonio Sires, "que se ha tomado este caso como algo personal".
"Lo he logrado y otras pueden lograrlo"
Ahora, intenta darle a su vida toda la normalidad posible. Trabaja como camarera de piso y quiere comenzar los trámites para tener la nacionalidad española.
También quiere animar a las mujeres que, como ella, sufren o han sufrido maltrato "a que den un paso adelante, que denuncien, porque sí se puede, aunque hay muchas que no lo hacen por temor, pero es una equivocación bastante grande".
"Denunciar es una cuestión de supervivencia. Yo lo he logrado, y aquí estoy", subraya, pero consciente de que esto no ha acabado.
El caso es que a quien la agredió física y psíquicamente le piden cuatro años de cárcel en un nuevo juicio, que se ha suspendido dos veces por incomparecencia, además de otro proceso por más agresiones contra ella.
Mientras tanto, tras más de un año eludiendo a la Justicia, Candy, antes Cándido, está ya en una cárcel de Sevilla, informa Efe.
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