Chile

A «La ruleta de la suerte» no hay quien le frene

El concurso de Antena 3 alcanzó el martes un máximo del 20,8 de «share»

Jorge Fernández, el presentador de «La ruleta de la suerte»
Jorge Fernández, el presentador de «La ruleta de la suerte»larazon

Lejos de dar algún síntoma de desgaste después de llevar en antena casi ocho años –los cumple en abril–, a «La ruleta de la suerte» no hay quien la frene. El pasado martes registró su máximo de cuota en esta temporada, un 20,8 por ciento de «share» y 1,4 millones de espectadores. Eso son palabras mayores, más aún en un medio como la televisión en el que abundan los ejemplos de éxito efímeros. No es el caso de este espacio, ya que mantiene por cuadragésimo mes su liderato ininterrumpido en su franja horaria. «¿Qué quiere que le diga? Es evidente que es un resultado que nos procura mucha felicidad porque este pico significa que el comportamiento en términos de audiencia es notable, lo que nos da mucha tranquilidad, aunque no significa que nos relajemos», afirma Nacho Correa, el director de «La ruleta de la suerte». Eso sí, admite que aunque no tienen la presión de escrutar con ansiedad los datos de audiencia cada día, «sí que nos ponemos un poquito nerviosos cuando, algo que sucede de tarde en tarde, bajamos del 17 por ciento», una cifra que para muchos programas sería un «datazo».

Con este rendimiento no es de extrañar que Sony Pictures Television, que produce el formato en Estados Unidos, y la CBS, que se encarga de su distribución, acordasen renovar con Antena 3 hasta 2017. Al ser una franquicia, hay que respetar su esencia, algo que nunca preocupó a Correa. «La ruleta y el panel son innegociables y así debe de ser, son los sellos del programa, ni había ni hay ninguna necesidad de transformarlo». ¿Qué aporta la versión española? Su director lo tiene claro: «El entusiasmo del público que está en el plató, que aplaude y jalea –ellos también son protagonistas mientras que en Estados Unidos son más inexpresivos–, y Jorge Fernández y Paloma López se sienten muy identificados con el programa, lo viven, y eso traspasa la pantalla». Correa también quiere poner a los guionistas en su sitio. No en vano hacen todo lo posible y lo imposible para que los paneles de las canciones y las frases de la calle siempre sorprendan al espectador. «Hay que mantener la chispa y el humor. Está prohibido dejar indiferente al espectador, por lo que hay que buscar una vuelta de tuerca», dice Correa. Y es que, aunque saben que cuentan con un público fiel, también es consciente de que no se pueden dormir en los laureles.

Lavado de cara

Hace ocho años, tanto Antena 3 como el equipo responsable de «La ruleta de la suerte» sabían que al programa había que hacerle un lavado de cara. Eran conscientes de que tenían un factor en contra: el concurso es un clásico de la televisión pero eso también tenía una doble lectura, ya que algunos veían en ese clasicismo un sinónimo de rancio. «En ese momento casi nadie apostaba por él, pensaban que estaba pasado de moda, que era un programa de los 90 que había acabado su recorrido. Y no era así», apunta Correa, «lo que había que hacer era, primero, no perderle el respeto al formato, y después, renovar su estética, darle más dinamismo».

Y en esas están, inventándose nuevos estímulos visuales y narrativos para colmar la demanda del espectador con el que tienen una interrelación para la que no hace falta tirar de las redes sociales, la última tendencia. «En nuestro caso es mucho más sencillo, la audiencia participa desde su casa intentando adivinar los paneles antes que los concursantes. Lo mismo que sucedía hace 40 años, igual que sucederá siempre».

La veteranía es un grado

Allá por 1975 se estrenó en Estados Unidos «Wheel of Fortune». El éxito fue instantáneo hasta convertirse en el rey del «day time». Esta versión corregida y aumentada del juego del ahorcado sedujo a la audiencia estadounidense hasta el punto de que, además de concursantes anónimos, hacen galas especiales en las que hasta han participado miembros del Ejército de EE UU, cuyas ganancias fueron para obras benéficas. El programa se ha convertido en la gallina de los huevos de oro para la NBC y, posteriormente, para la CBS, ya que ha sido uno de los formatos más exportados de la historia de la televisión. Más de treinta países lo emiten en la actualidad. Uno de los pioneros fue Chile, que lo televisó desde 1978, y de los más rezagados, sorprendentemente, Colombia, que inició sus emisiones en 2012. También se puede ver en países con una cultura tan distinta como Singapur, Turquía, Vietnam, Israel, Islandia, Reino Unido y Alemania, entre otros.