«House of Cards»: Lo peor de la política

Dicen que los políticos están hechos de una pasta distinta. Pues la del congresista Francis Underwood, al que da vida Kevin Spacey en «House of Cards», debe de estar compuesta por una mezcla a partes iguales de ambición e inmoralidad. La serie retrata lo peor del mundo de la política y no duda en descender hasta las mismísimas alcantarillas de la legalidad mostrando un universo de hipocresía, manipulación, falsedad y carencia completa de escrúpulos. Todo vale con tal de conseguir el objetivo principal, que no es otro que el poder. Para un personaje como el de Underwood, carente totalmente de ética, el fin siempre justifica los medios, independientemente de a quién te puedas llevar por delante.

«House of Cards» es una adaptación de la miniserie británica del mismo nombre emitida por la BBC a principios de la década de los noventa y en la que los conflictos entre Downing Street y Buckingham Palace se trasladan ahora a la Casa Blanca y al Capitolio.

La serie presenta a Underwood, un congresista del Partido Demócrata que espera ser nombrado secretario de Estado por el nuevo presidente. Sin embargo, un cambio de planes da al traste con sus aspiraciones, lo que desencadena una guerra sucia por hacerse con el poder, para lo que cuenta con la inestimable ayuda de su fría y calculadora esposa, Claire (Robin Wright), que tampoco se detendrá ante nada para lograr sus propósitos.

«House of Cards», producida por Netflix, la plataforma de vídeo on-line, es la primera serie de internet que se ha medido codo a codo con las grandes productoras televisivas estadounidenses y que incluso ha cuestionado su supremacía en los Emmy (se alzó con tres premios en su última edición) .

Gran parte del éxito recae sobre su casting, encabezado por el camaleónico Spacey, y por la impecable factura técnica, de la que es reponsable David Fincher, que con este retrato, frío, incisivo y crudo del mundo de la política hace su primera incursión en el universo de la televisión. No es la primera vez que Spacey y Fincher coinciden. Su colaboración comenzó en «Seven» y, posteriormente, se reencontraron en «La red social», de la que Spacey fue productor. A partir de ahí, comenzó a gestarse un proyecto del que ya se ha anunciado una tercera temporada y que tiene como seguidor al presidente Obama.