La tela de araña de las redes sociales

Incluso antes de desperezarse, lo primero que hacen millones de personas en todo el mundo es, sin ni siquiera abrir los ojos, coger su «smartphone» para ver cuántos correos electrónicos y whastApp ha recibido, saludar a sus amigos en Facebook, conectarse a Twitter y comprobar con una sonrisa que hay nuevos seguidores... Así lo atestigua un estudio de Cisco publicado recientemente, que afirma que nueve de cada diez jóvenes menores de 30 años se desayunan con las redes sociales. Con estos datos asombra mucho menos que, según el mapa elaborado para el IV Congreso Iberoamericano de Redes Sociales, iRedes –que se celebrará en Burgos el 6 y 7 de marzo–, unos 4.000 millones de personas –más de la mitad de la población mundial, cifrada en más de siete mil millones– son usuarios de las redes sociales y tienen una cuenta registrada en alguna de ellas. Y el fenómeno todavía no ha tocado techo, al contrario: los teléfonos inteligentes y las tabletas hacen aumentar la cifra día a día. «Es lo más parecido a meterse en una tela de araña, cada vez estamos más enredados porque una te lleva a otra y esa a la siguiente y así... hasta el infinito», explica Leandro Pérez, el codirector de iRedes.

El gigante chino

Cada vez son más, pero la hegemonía, y no se prevé que en el futuro le quiten el puesto de honor, es para Facebook, que cuenta con 1.109 millones registrados y que ha visto cómo, en sólo un año, su cifra se ha incrementado en 49 millones. A mucha distancia está Twitter, con 500 millones de usuarios, aunque sólo 300 registren al menos un tuit mensualmente. Le sigue los talones Google +, con 300 millones, y Tumbir, con 225. En el caso de Twitter hay un dato nada desdeñable, ya que sus cifras se han estancado. En 2013, trimestre a trimestre ha descendido su número de nuevos usuarios. Si en los primeros tres meses del año anterior el aumento fue de un diez por ciento, acabó diciembre con un 3,8.

De lo que casi nadie habla, quizá por desconocimiento, es que a estos gigantes de las redes sociales generalistas, hay que unir a dos colosos asiáticos: QZone y Sina Weibo, que suman más de mil millones de usuarios. A pesar de sus cifras abrumadoras el impacto global de estas redes sociales chinas es anecdótico, como también lo es la presencia de Facebook y Twitter allí. Con la intención de que sus ciudadanos no se contaminen con las influencias occidentales, ambas compañías estadounidenses tienen que sortear numerosos obstáculos por parte del gobierno comunista, ya que sus cuentas suelen estar bloqueadas o censuradas. ¿La solución para saciar las ansias de los más de 600 millones de internautas? QZone y Sina Weibo, creadas en 2005 y 2009, respectivamente. QZone es un clon de Facebook, ya que es un sitio donde se pueden escribir blogs, diarios, enviar fotografías, ver vídeos y compartirlos con el resto de amigos. Sina Weibo es la respuesta local a Twitter, un microblogging que también limita a 140 los caracteres por mensaje. Y, por supuesto, tiene sobre sí los ojos de las autoridades, concretamente mil miradas escrutadoras que se dedican a controlar el contenido de los mensajes. Parecido patrón sigue una de las redes sociales con más usuarios, la rusa VK, que cuenta con 100 millones de seguidores. Además de las restricciones políticas, no se puede obviar que tanto la idiosincrasia china como la rusa son muy peculiares, así como su alfabeto, que no comparte la caligrafía de los idiomas occidentales, «algo que, sin embargo, no sucede con los japoneses, que sí usan Facebook y Twitter», apunta Pérez. En el mapa elaborado para la IV edición de iRedes se han incluido por primera vez los servicios de mensajería instantánea porque, lejos de quedarse en un sistema de sms gratuito, han ido más allá, ya que a través de ellos se pueden enviar fotografías, canciones y vídeos. El rey es WasthApp con 400 millones de seguidores, aunque de nuevo se topa con el coloso chino: su propio servicio, QQ, tiene 815 millones de usuarios y WeChat, con 600, que, para promocionarse con más eficacia, contó con Messi para su campaña publicitaria sólo en el mercado asiático.