Videojuegos
Cuando ser «gamer» es un deporte de riesgo
El estrés en las competiciones es tal que llegan a alcanzar las 160 pulsaciones, por lo que ahora pasarán revisiones médicas. Se forman en centros de alto rendimiento bajo la supervisión de médicos y psicólogos para convertirse en estrellas de los e-Sports.
El estrés en las competiciones es tal que llegan a alcanzar las 160 pulsaciones, por lo que ahora pasarán revisiones médicas. Se forman en centros de alto rendimiento bajo la supervisión de médicos y psicólogos para convertirse en estrellas de los e-Sports.
Para las generaciones análogicas, la figura del «gamer» posiblemente esté anclada en esa especie de friki que se pasa las horas en su cuarto jugando a los videojuegos. Seguramente piensen en alguien como el protagonista de «The Shaun of the Dead», un vendedor de productos electrónicos que, junto a sus compañeros de piso y enterrados en montañas de envoltorios de comida basura, ven pasar su vida jugando al «TimeSplitters» en la PlayStation, tirando así por la borda sus aspiraciones laborales y sus relaciones afectivas. Quizá porque durante mucho tiempo el jugador de videojuegos experimentado era una especie de «hikikomori» que se refugiaba de la realidad en las consolas, cueste creer que en España haya chavales que se ganen la vida con este hobby. Aún más, que muevan masas, que sean reclamos publicitarios y «trendic topics», que llenen estadios y sean ejemplo para los jóvenes. Porque las cosas han cambiado. Y mucho. Los niños ya no sueñan con ser Messi ni Cristiano Ronaldo. Ahora, aspiran a ser alguien como Jesús Pérez, más conocido por sus seguidores como «Falco». Un profesional del «Legue Of Legends», que se entrena con el MAD Lions E. C. para ser el número uno en las competiciones mundiales de videojuegos. Su historia no dista mucho de la de algunas estrellas del fútbol. Empezó a jugar «porque veía a mi hermano», y después fue saltando de una liguilla a otra. Se le daba bien, avanzaba en las clasificaciones y eso le permitió entrar en la Liga Profesional de Videojuegos (LPV). Su destreza con los mandos fue descubierta pronto por los ojeadores del Baskonia. Tras su paso por este club, fue fichado por el MAD Lions E. C.
Se trata de equipos, como lo son el Real Madrid o el Barça, dedicados a captar y a entrenar a jóvenes «gamers» para erigirlos en «balones de oro» de los e-Sports. Jesús –o Falco– al principio alternaba los estudios con las competiciones. Pero con cada una de las partidas, esta afición se fue convirtiendo en un trabajo. Viajó al extranjero, se formó y se convirtió en profesional. «Lo hablé con mis padres y ellos me dieron dos opciones: o estudiaba o competía». A los 20 años decidió optar por la segunda, rememora ahora cuando ha cumplido 24. Como el resto de sus compañeros del MAD Lions, entrena unas ocho horas en su especialidad –la suya es el «Legue of Legends», pero también los hay del «Counter Strike», «Clash Royale» y el «Call of Duty»–, en un centro de alto rendimiento en las afueras de Madrid. A todos se les trata como a verdaderos deportistas profesionales, que tienen que cumplir con una estricta rutina de entrenamientos y no solo frente a las pantallas. También deben ejercitarse físicamente y cuidar el look corporativo: ellos también son una marca con miles de seguidores en Youtube. Tal es la profesionalización, que este club ha querido someter a sus estrellas a reconocimientos médicos periódicos. Porque, aunque los «gamers» trabajan sentados, sufren estrés: imagínense un estadio de 6.000 personas coreando su nombre mientras usted, al frente de un ordenador, debe mantener la concentración durante más de seis horas, como le pasó a «Falco» en el Bilbao Arena durante la final de LVP. Y eso pasa factura. «Están sometidos a mucho presión y tensión emocional. Pasan las horas expuestos a la lud LED, con posturas inadecuadas y con movimientos repetitivos. Todo ello hace que sean los candidatos perfectos para padecer patologías severas si no se diagnostican y si no toman los cuidados oportunos», expone Luis Delgado, doctor del Centro Médico Mapfre Salud, la aseguradora con la que Mad Lions y de forma pionera en el sector de los e-Sports, ha querido colaborar para asegurar el bienestar de sus jugadores.
Con estos chequeos, explica Delgado, el objetivo es evaluar aquellos órganos y aparatos que más se utilizan a la hora de jugar y determinar cómo podrían verse afectados. En una partida se pueden alcanzar hasta las 160 pulsaciones debido a la adrenalina. «Por lo tanto, el cardiovascular es el que más sufre con diferencia. Además, no hay que olvidar que están expuestos en todo momento a una pantalla con datos, lo que produce fatiga visual y podría acabar dañando la retina». Otro punto importante es la audición, pues no dejan de tener continuas referencias a través del sonido. Pero, sin duda, el más importante de todos es el ortopédico: «Al estar mucho tiempo en una misma postura, hay que asegurar que no se van a producir tendinitis, roturas...», aclara el doctor. Es obvio que el desgaste físico que se puede dar en los e-Sports es muy difirente al generado en otros deportes de alto nivel, aún así, hay comportamientos igual de problemáticos que necesitan ser atendidos para que no mermen su capacidad competitiva: «Yo mismo he sufrido algunas lesiones, principalmente tendinitis. Quizá no pueda parecer grave, pero te tienes que cuidar para estar siempre al máximo nivel», comenta «Falco».
En el centro de alto rendimiento del club cuentan con preparadores deportivos y fisioterapeutas para mantener a sus estrellas en lo alto del ránking. «Para ello, desarrollamos una rutina que nos ha marcado el equipo. Nuestra actividad física está muy controlada por especialistas, que nos ayudan a fortalecer las partes del cuerpo que pueden verse más perjudicadas, como los brazos o las muñecas. El objetivo, al final, no es otro que mejorar nuestra calidad de vida y sentirnos más fuertes», alega el número uno del «Legue of Legend». Además, cuentan con la revisión de psicólogos deportivos para manejar el estrés y la ansiedad de las competiciones. Se les enseña a desarrollar el autocontrol emocional con técnicas de relajación encaminadas a evitar la frustración que supone no alcanzar unas metas. Porque, ¿quién dijo que ser «gamer» no es un deporte de riesgo?
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