Pacientes
Denuncian el uso excesivo de morfina para tratar el dolor crónico benigno
La doctora Isabel Heraso defiende que las personas mayores tienen más miedo al dolor que a la muerte
Más de un 40% de las personas que pierden a un ser querido desarrollan una depresión severa, según señala un estudio publicado por la Revista Científica "Psychiatric Times".
Más de un 40% de las personas que pierden a un ser querido desarrollan una depresión severa, según señala un estudio publicado por la Revista Científica "Psychiatric Times".
Ante estas cifras y, con la intención de ayudar -en la medida de lo posible- a tratar el dolor del alma, la doctora Isabel Heraso acaba de lanzar el libro: “2ª parte de Viajeros en Tránsito”. “Con humildad pretendo ayudar a gestionar este gran cambio compartiendo el conocimiento que he reunido tras diez años de investigaciones al lado de pacientes que sufren enfermedades terminales”, comenta esta clínica.
El miedo a sufrir dolor
Los estudios demuestran que un paciente afectad0, por ejemplo, por un cáncer puede estar años y años sufriendo esta larga enfermedad u otras patologías que producen un gran sufrimiento, como son las enfermedades neurodegenerativas que pueden cursar con dolor décadas. Según señala esta doctora, los facultativos de todas las especialidades deben dominar el conocimiento de todos los escalones farmacológicos existentes para aliviar el dolor y que estos pacientes disfruten de la mejor calidad de vida posible durante todos los años de su vida. “Es necesario practicar una asistencia transversal y multidisciplinar en la que se comparta el conocimiento entre profesionales y abordar mejor la atención al paciente en el área del dolor físico y psíquico. Que en mi opinión van de la mano. En realidad lo que teme el ser humano -cuando éste es mayor- no es irse. Que lo acepta. Lo que es inaceptable es sufrir dolor y verlo en las personas que amamos sin encontrar un alivio. No se entiende que haya personas a las que les practican cirugías irreversibles cuando simplemente mejorarían con unas infiltraciones. Falta comunicación entre los propios galenos”, señala esta Doctora.
Reducción de presupuestos
Esta experta denuncia que, actualmente, en nuestro país también se están reduciendo los presupuestos de una forma alarmante en las Unidades del Dolor. “El facultativo está perdiendo la capacidad de prescribir el fármaco más adecuado para cada tipo de dolor”, recalca Heraso.
El clínico ya no dispone de libertad de prescripción para abordar el dolor crónico benigno. En sus palabras resulta mucho más barato enviar a los pacientes a las Unidades de Dolor que tratar de arreglar la lesión primaria que presenta el paciente estudiando su etiología en estos casos concretos. “Nos encontramos pacientes tratados con morfina por tener una lesión grave en ambas caderas. No se entiende”, manifiesta. “Actualmente, en nuestra Sanidad Pública existen protocolos obligatorios marcados por Gerencia de cada hospital. El clínico ya no cuenta con libertad para prescribir. Se encuentra con un gerente. Y éste con un consejero de Sanidad de cada comunidad al que debe presentar un balance de resultados económicos. Por ese motivo, para muchos casos de dolor crónico benigno, el galeno se ve obligado a prescribir morfina que tiene una farmacocinética rápida y es muy barata, pero puede provocar al paciente una dependencia y tolerancia a este fármaco” Y, añade, “Actualmente, existe una gran batería de opioides naturales y otros sintéticos, parches de liberación prolongada con lidocaína y, otros tratamientos anti-inflamatorios que no tienen tantos efectos secundarios. Hay que estudiar cada caso de forma individual y consensuada entre las diferentes Unidades”, explica esta doctora.
Heraso afirma que existe una batería de medicamentos con una biodisponibilidad lenta que no generan esas adicciones y el paciente debe formarse en toda la oferta terapéutica que existe con varios clínicos y entidades oficiales. Actualmente, las Asociaciones de pacientes tienen que luchar años para acceder a tratamientos clínicos aprobados por la EMA, incluso para acceder a tratamientos para los niños.
En opinión de la Doctora Heraso el proceso de muerte es un paso a lo que ella denomina “des-encarnación”. Al igual que el nacimiento es una situación natural. “Lo que va en contra de nuestro reloj biológico es cuando sobrevives a un hijo. Este hecho puede provocar el peor dolor que jamás llegue a sufrir un ser humano”, señala la Doctora Heraso.
Un 15% de estos casos puede permanecer en un estado de depresión con el paso de los años, según señalan los estudios.
“No existen palabras para razonar esta situación. Los científicos tenemos la intuición de que esos pequeños pueden ser almas muy sabias que vienen a enseñarnos a todos nosotros la gran falta de conocimiento que tenemos. Son nuestros grandes Maestros que nos demuestran que existe un ente superior. Ninguna ciencia puede explicar que un reloj se mueva de forma inversa. Es contra-natura. Este dolor puede ser incurable, pero algunos científicos nos estamos volcando en que sea tratable”, aclara Heraso.
La Doctora insiste en que hemos venido a este mundo a aprender. Y, para ello nos matriculamos en diferentes áreas que, a veces, nos pueden resultar realmente difíciles y tediosas. “Es un hecho que nadie de los aquí presentes recordamos haber hecho fila para venir a este mundo, por lo que alguien tuvo que inventar el reloj, el pensamiento, el hecho de que coincidamos en un tiempo histórico. Mientras estemos aquí debemos transmitir lo mejor de nosotros mismos y aportar pensamientos positivos”, concluye esta Doctora.
Sea como fuere, esta Escritora y Doctora no deja indiferente a nadie. Uno puede estar o no de acuerdo con ella, pero lo que sí es seguro es que esta escritora y clínico nos hace reflexionar.
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