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Denuncias al ir a dragar

La Razón
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- ¿Cómo se actúa a la hora de gestionar una riada como la que se ha producido en el Ebro?

–Hay todo un mecanismo para gestionar e incluso prevenir una riada, así como las consecuencias de la misma. Lo primordial cuando se produce es evitar que llegue a los cascos urbanos, ya que esto puede tener como consecuencia que se produzcan daños importantes. Por ello, lo primero que se hace es asegurar que parte de ese agua se pueda guardar en embalses, así como el correcto funcionamiento de los mismos.

- Según las condiciones de las zonas, ¿es posible prever cuáles tienen mayor peligro de inundación?

–Sí, hay algunas zonas que tienen una mayor propensión a que, tras la crecida de los ríos, puedan inundarse. Por eso, a la hora de llevar a cabo las obras de gestión hidráulica se deja un espacio entre el río y los núcleos urbanos cercanos, la llanura de inundación, que actúa como freno a las aguas.

- Como presidente del Comité del Agua del Colegio de Caminos, ¿qué opinión le merece el debate sobre el dragado de los ríos?

–Con el paso del tiempo el cauce de los ríos varía, cambia su capacidad y su forma; así que los propios embalses se adecúan a esto. Para que los cauces se mantengan controlados y no se produzcan situaciones como ésta, que son evitables, es necesario que se lleve a cabo, cada cierto tiempo, una limpieza de los mismos. Es necesario, además, que existan vías de desagüe preferente, además de las vías ordinarias. Lo que ocurre es que, cuando se van a llevar a cabo estos procesos de mantenimiento, los técnicos se encuentran con denuncias y todo tipo de problemas legales para llevarlos a cabo y, claro, en esas condiciones les resulta muy difícil.

*Presidente del Comité del Agua del Colegio de Caminos