Discapacitados
Dos años encerrada en casa contra su voluntad
Toñi Gallardo sufre una minusvalía del 83% que le impide bajar los 14 escalones que la separan de la calle
Toñi Gallardo lleva dos años encerrada en su casa contra su voluntad. Lejos de lo que pudiera pensarse nadie la tiene retenida. Lo que le impide salir a la calle es una minusvalía del 83 por ciento y catorce escalones.
Toñi Gallardo lleva dos años encerrada en su casa contra su voluntad. Lejos de lo que pudiera pensarse nadie la tiene retenida. Lo que le impide salir a la calle es una minusvalía del 83 por ciento y catorce escalones. Su único vínculo con el exterior es una ventana en el salón por la que atisba las calles de su barrio en Morón de la Frontera.
Su enfermedad, sufre el síndrome postpolio, la obliga a estar en una silla de ruedas. Según informa «El Correo de Andalucía», esa silla de ruedas le fue facilitada apenas hace tres semanas para que pudiese salir a la calle pero resulta imposible ya que para ello tendría que bajar 14 escalones. La antigüedad del edificio donde habita y la estrechez del hueco de la escalera dificultan la instalación de un ascensor que finalizaría con sus problemas. Es por ello que esta vecina solicita ayuda ante un problema, para ella de difícil solución.
Toñi, quien tiene una paga de 900 euros –más una ayuda de la ley de dependencia– y con unos gastos que ascienden a 400 euros entre medicinas y fisioterapia, necesitaría una vivienda situada en un bajo para realizar su vida más o menos normal.
Echa de menos poder visitar a su familia o ir a casa de un vecino. Cada vez que tiene que ir al médico, entre dos personas la tienen que bajar en una silla por las estrechas escaleras «con el sufrimiento de que mi marido o la persona que lo ayuda se pueda caer». Es tanto tiempo el que lleva ya entre cuatro paredes que incluso cuando la llevan al médico «la luz del sol o el murmullo de la gente me marea». De ahí que su mayor ansia sea que «me de el sol», informa este diario.
Aunque confiesa que lo ha intentado todo antes de pedir ayuda, su situación es «ya desesperada». Ante eso, ha solicitado al Consistorio esta vivienda social y además «estoy intentado que me den la gran invalidez para, de esta manera, poderme mudar de vivienda».
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Carmelo González, marido de Antonia, quien con diferentes vídeos a través de las redes sociales cuenta su problema, también ha comenzado una recogida de firmas en la plataforma Change.org bajo el título de «Salir del encierro» para hacer llegar el problema a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
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