Cataluña
La mitad de los titulados no trabaja de lo que estudió
El 41% entra en la universidad con beca. Uno de cada tres becarios pierde la ayuda porque suspende el 50% de las materias matriculadas
El 41 por ciento de los alumnos españoles que entran en la universidad en el primer curso de carrera lo hace con beca, un porcentaje considerable a pesar de que en el último año el número de beneficiarios de becas generales se ha reducido en 8.000 (un 2,5% menos). «Cundió la alarma y se dijo que iba a haber una debacle, que iba a haber miles y miles de becarios menos, pero la disminución ha sido menor», dijo ayer el secretario general de Universidades, Federico Morán, con ánimo tranquilizador. Claro que el número de becarios disminuye en años superiores por bajo rendimiento. En el segundo curso, uno de cada tres perdió la ayuda del Estado porque suspendió la mitad de las asignaturas en las que estaba matriculado.
Lo que parece claro es que los españoles no han renunciado a ir a la universidad por la crisis. Según los últimos datos del sistema universitario, presentados ayer, este curso académico se matricularon un total de 1.438.115 estudiantes, un 0,8 menos que el año anterior que se atribuye a «la reducción de la población» que viene ya de años anteriores, según Morán. Lo que si se aprecia es una «racionalización» en el número de créditos matriculados de tal manera que los alumnos ahora sólo pagan por las asignaturas que realmente van a estudiar o pueden pagar.
El estudio del Ministerio de Educación recoge, por primera vez, indicadores básicos de inserción laboral de los estudiantes y confirman, nuevamente, la idea de que a mayor formación menos desempleo. En este caso se aprecia que los índices de paro han crecido menos entre la población universitaria que en el resto de personas con un nivel de formación inferior. Así, la tasa de paro ha crecido un 15,2% desde 2007 entre los que acudieron a la universidad, frente al 25% general.
Los que han cursado estudios de la rama de artes y humanidades y ciencias son los que menos porcentajes de afiliación a la Seguridad Social recogen, pero pasados tres o cinco años desde la graduación, los que se decantaron por las ciencias mejoran hasta situarse por encima de la media.
El caso contrario es el de los que consiguieron titularse en ciencias sociales y jurídicas. Alcanzan una tasa de afiliación superior a la media nada más acabar la carrera, pero «tienen una estabilidad en el mercado de trabajo más débil y empeora su situación con el paso de los años».
Ahora bien, nada más acabar la carrera sólo el 48,1% consigue un puesto de trabajo para lo que se requiera formación universitaria; el 23,5% ocupa empleos con especialidad media y el 28,4%, de de bajo nivel de especialidad y carácter manual.
Tampoco es que los sueldos sean excesivamente altos nada más acabar la carrera. Casi la mitad tiene un salario bruto inferior a los 1.500 euros, cuando la media española es de 1.800, y el 41% logra un contrato indefinido a tiempo completo un año después de haberse graduado. Sobre todo entre los que estudiaron Ciencias Sociales, educación comercial y derecho y ciencias. Aunque, con el tiempo, la situación mejora.
Tampoco es que exista mucha movilidad entre los estudiantes universitarios. Tres de cada cuatro trabajan en la misma comunidad en la que estudiaron la carrera y la mayoría suele cursar sus estudios en la misma autonomía en la que reside.
La misma carrera, el triple de cara en Cataluña
Estudiar en la universidad sale ahora más caro, aunque en unas comunidades autónomas más que en otras. En los estudios de grado, el aumento ha sido del 2,9% por ciento de media y el precio del crédito se sitúa en los 18,42 euros. De esta forma, estudiar un curso completo en primera matrícula supondría un desembolso aproximado de 1.105 euros. La comunidad autónoma en la que los precios son más bajos para estudiar es Galicia, según la información sobre precios públicos de la que dispone el Ministerio de Educación. Una carrera para la que se requiera una experimentalidad mínima cuesta 9,85 euros el crédito y 13,93 para las que incluyen prácticas. Unos precios que contrastan con los que aplica Cataluña, donde el coste es de 25 euros para las primeras y de 39,53 para las segundas. Así, podríamos encontrarnos que estudiar la misma carrera en Galicia cuesta a un estudiante 591 euros y en Cataluña 1.516. Los másteres, sin embargo, se mantienen en el precio (26,89 euros/crédito), aunque depende también de la autonomía y, en algunos casos, viene a suponer una reducción del 7,8% respecto al año anterior.
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