Aragón

El 65,8% apuesta por la custodia compartida

Hoy en día uno de cada tres divorcios se resuelve con la responsabilidad del cuidado de los hijos para ambos padres.

La economía ha sido también clave para que la custodia compartida se imponga cada vez más
La economía ha sido también clave para que la custodia compartida se imponga cada vez máslarazon

Hoy en día uno de cada tres divorcios se resuelve con la responsabilidad del cuidado de los hijos para ambos padres.

Los hijos son el bien más preciado de una pareja. Quizá por ello, cuando se separan, pasan a ser el principal objeto de disputa. O no. En este caso, cuando el divorcio no es conflictivo, la custodia compartida se convierte en una opción cada vez más demandada. Al separarse, por lo menos hasta hace unos años, el 70% de los hombres la perdía. En este sentido, cabe recordar, que la custodia compartida se incluyó en el Código Civil en España en 2005 para los casos en los que ambos progenitores estaban de acuerdo. Este es el dato clave de todo el proceso. Parece obvio, además, que si uno de los cónyuges está inmerso en un proceso penal iniciado por atentar contra la libertad física o psíquica del otro cónyuge, entonces la custodia compartida no podrá ser solicitada. Algunas regiones, como la Comunidad Valenciana, País Vasco, Aragón, Navarra o Cataluña, a través de legislaciones propias han establecido prioridad a la custodia compartida frente a la monoparental. Y en todo ello, como se apunta desde la encuesta de NC Report, la economía: hasta el 60,9% se reafirma en que está relacionado el número de divorcios con la situación económica. Es cierto que según la encuesta, el 69,6% cree que nuestra legislación en asuntos de familia está anticuado. Pero no todo vale. Respecto al impulso que se ha dado desde algunas comunidades autónomas a la custodia compartida, urge que en todo el Estado se aplique la misma legislación con los mismos derechos y obligaciones. De ello se beneficiarán los progenitores inmersos en procesos de divorcio, pero también los menores, cuya formación y madurez debe ser el principal objetivo de nuestras leyes.