Crimen de Asunta

El móvil, a punto de despejarse

La Razón
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El juez José Antonio Vázquez Taín levantó ayer el secreto de sumario en la causa sobre la muerte de Asunta. Hoy entregará a las partes una copia del mismo. Apenas han pasado dos meses del asesinato, pero son muchos los interrogantes que el caso mantiene abiertos. A la espera de conocer el contenido del texto, éstas son algunas de las incógnitas más importantes a despejar.

MÓVIL DEL CRIMEN

Tras hallarse el cuerpo, se han barajado diferentes hipótesis sobre el móvil del crimen. El primero, el dinero. Si bien la herencia como posible móvil fue desestimada después de que se diera a conocer el patrimonio de la madre. En concreto, como ya publicó este periódico, de los bienes inmuebles que tiene la familia en Santiago ninguno está a nombre de Asunta. El valor económico de las cinco propiedades que la familia tiene en Santiago estaría entre los 850.255 y un millón de euros. Y si a esta cifra se suma la finca de A Poboa, el patrimonio se elevaría a 1.225.255 o 1.650.000 euros. Por ello, el móvil que ganó más terreno es el de que Asunta «sobraba» para sus padres tras la separación. El que quería que adoptasen a Asunta era el abuelo, como informó LA RAZÓN. Todo estaba planeado, quién sabe si desde la muerte del abuelo.

AUTORÍA

Aunque inicialmente la supuesta autoría del asesinato recayó exclusivamente en la madre, pronto las sospechas se dirigieron también hacia el padre. Alfonso Basterra compró las pastillas. Si bien no se ha podido demostrar que se las diera durante la comida y no se le ha situado en Teo ni se ha probado que fuera él quien transportara el cuerpo. Además, una imagen coincide con su coartada. Sale de casa entre las 21:30 y las 22:00 horas tras recibir la llamada de Rosario. En cuanto a ella, la investigación la sitúa junto a su hija cuando le suministraron Lorazepam.

¿UNA TERCERA PERSONA?

No se ha descartado la posibilidad de que una tercera persona participase en el crimen. Esta vía de investigación no está cerrada.

¿CÓMO MURIÓ?

La causa de la muerte fue por asfixia, agravada por las dosis de Lorezepam que le suministraron. Y es que fue drogada de forma reiterada con Lorazepam. Después, como informó este periódico, se supo que la ataron de pies y manos no para simular su secuestro, sino para que no forcejease.

¿HABÍA SEMEN?

Fue uno de los detalles más sorprendentes. La Guardia Civil ha realizado un informe sobre los restos que aparecieron en la camiseta. El semen podría corresponder a un agresor sexual de Madrid. Sin embargo, parece que la menor no sufrió agresión alguna. Se deduce que no es relevante para la causa, pues el juez no ordenó la detención de esta persona.