El pescador que se enfrentó solo a la Policía de Gibraltar

Francisco Gómez se levantó ayer a las cuatro de la mañana. A las cinco menos cuarto ya estaba echando las redes frente a la bocana del puerto de Gibraltar a bordo del «Divina Providencia» y junto a su inseparable Juanito. La jornada acabó en LA RAZÓN, donde fue reconocido como «héroe del año» por su tenacidad frente al acoso de las patrulleras de la Policía llanita, que desde finales del mes de marzo acosan a los pescadores españoles para que desistan de pescar en «sus» aguas.

Más conocido por todos en la Línea de la Concepción como «El Chotis», Francisco dice que no se siente un héroe, aunque admite que ha logrado que el resto de la flota pesquera del Campo de Gibraltar pierda el miedo y salga a faenar. Ha habido muchos días en que ha sido el único que se ha aventurado en las aguas que bañan el Puerto Chico linense, aunque siempre ha estado escoltado por la Guardia Civil, que no lo ha dejado ni a sol ni a sombra.

Alfonso Ussía agradeció ayer al «Chotis» su «firmeza por haber dado la cara todo este tiempo» pese a la enorme presión de la Royal Navy y la Policía gibraltareña. «Otros cedieron, pero el ''Divina Providencia'' salió a pescar día tras día», dijo Ussía, quien también quiso reconocer la labor de la Benemérita. «Nunca abandonaron a Francisco», añadió.

Lo cierto es que de los nueve meses que dura ya el bloqueo, este pescador de 50 años y padre de tres hijos ha salido a faenar en soledad cerca de cinco. «Ahora ya vamos unos treinta barcos y la cosa es diferente. Hace un par de meses que se ha perdido el temor a la situación», explica el patrón del «Divina Providencia». Aunque no proviene de una familia de pescadores, «El Chotis» lleva desde los catorce años en la mar. Uno de sus hijos quiso seguir sus pasos, pero la situación con las autoridades del Peñón lo ha hecho desistir. Pero es que en su casa comen de esto. Igual que las casi 200 familias del Campo de Gibraltar que se han visto empobrecidas por la crisis.

Francisco dice que nunca pasó miedo. Y eso que las imágenes de aquellos días en que pescaba solo le muestran como un David contra Goliat. Su pequeño marisquero en medio de las embarcaciones británicas y las de la Guardia Civil. Aguantando el temporal firme, decidido, y con mucho sentido del humor.