Medio Ambiente
El extraño caso de las abejas menguantes de Cazorla
Un estudio detecta una pérdida de peso de entre un 0,5% y un 1% anual en estos insectos de la sierra andaluza al menos desde finales del siglo pasado
El peso de las diferentes especies de abeja que pueblan el Parque Natural de Cazorla ha disminuido entre un 0,5 y un 1% anual al menos desde finales del siglo pasado.
Así se desprende de un estudio realizado por el profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Herrera.
Este investigador realizó un estudio de ejemplares de diversas especies entre 1990 y 1997 anotando su peso, una medida más verdadera, más fiable, que el tamaño, explica a EFE y cuando en 2022 lo comparé me sorprendió tanto la diferencia que pensé que la balanza tenía un problema, y no era así, así que empezamos su pesado de forma sistemática.
El porcentaje de peso que se ha reducido varía en función del tamaño de la especie pues las más grandes han perdido de media un 1% anual, y las más pequeñas un 0,5%, afirma desde Vadillo, en Cazorla, donde reside.
Esto supone, añade, que al cabo de 30 años son unos 20 miligramos menos en las mayores, y 8 en las otras, aproximadamente, en unos animales en torno a los 150 miligramos de media cuando se trata de especies grandes. A simple vista se aprecia, explica el profesor adscrito a la Estación Biológica de Doñana (EBD).
Respecto a las causas de este declive, todo hace pensar en el cambio climático, aunque es imposible de demostrar, indica.
Esta afirmación deriva de descartar otras hipótesis, como los pesticidas, que en este vasto parque natural no resulta un factor problemático, o sequías, aunque él señala en la zona llueve menos en otoño pero más en primavera.
En cambio, el aumento de las temperaturas es muy rápido en el este de Jaén, de un grado por decenio, más que en Sevilla por ejemplo, algo que comprobó con los datos de las 8 estaciones meteorológicas de la zona, verificando que en todas se ha producido una elevación de temperaturas.
El fenómeno está ocurriendo en todas las especies de abejas a las que han analizado. El factor de encogimiento por calentamiento, que sobre todo actúa en el desarrollo larvario, se plasma en Cazorla.
Carlos Herrera también ha constatado en los abejorros un cambio de peso de las hembras de 750 a 500 miligramos. Los ejemplares son mucho más pequeños, y por eso viven menos y tienen menos fuerza, algo básico para ciertas flores que necesitan el esfuerzo de ser abiertas por el insecto. El movimiento en busca de polen lo efectuarán en distancias más cortas, considera el investigador de la EBD, informa Efe.
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