
Vall d'Hebron
La Generalitat investiga la incompatibilidad de cargos de Enriqueta Felip
La número dos del oncólogo Josep Tabernero podría incurrir en un posible conflicto de intereses al ostentar cargos en el Hospital Vall d’Hebron y en la multinacional farmacéutica Grifols

La Generalitat, según ha confirmado a este diario, está investigando si es lícito que la oncóloga Enriqueta Felip pueda compatibilizar el puesto de dirección al frente del Instituto Oncológico del Hospital Vall d’Hebron y su presencia en el consejo de administración de la farmacéutica Grifols.
Felip es la número dos de Josep Tabernero, quien está siendo investigado por presunta mala gestión del legado del empresario Pere Mir. La doctora es jefa de la Unidad de Tumores Torácicos, de Cabeza y Cuello e investigadora y directora clínica del Programa de Investigación del Cáncer Torácico en el Instituto Vall d’Hebron de Oncología de Barcelona (VHIO), uno de los más activos en España y uno de los más renombrados de toda Europa. Desde 2019, Felip también está en el consejo de administración de la multinacional farmacéutica Grifols, lo que ha destapado un posible caso de incompatibilidad y de conflicto de intereses entre ambos trabajos, pues la empresa líder en el sector de la salud, Grifols, es proveedora del Hospital Vall d’Hebron.
Todo ello, en medio del llamado Caso Cellex, en el que está implicado su superior, el oncólogo Josep Tabernero. La presunta incompatibilidad viene porque Felip ocupa un cargo en el sector privado, en Grifols, y en una entidad privada, el VHIO, pero que se encuentra en el recinto y bajo el amparo de un hospital público, Vall d’Hebron, y que recibe financiación pública. El nombramiento de Felip como consejera de Grifols se remonta a 2019, en sustitución de la bióloga Anna Veiga. Desde entonces, ha atravesado junto a la farmacéutica crisis como la generada por el informe de Gotham City Research.
Pero la polémica estalla ahora, cuando su cercanía a Tabernero y su vinculación a las estructuras directivas del VHIO la colocan en el centro del huracán por una posible irregularidad en la compatibilidad de ambos puestos de trabajo y un posible conflicto de intereses que la Generalitat está estudiando, tal y como informaron fuentes del Govern a este medio. Por su parte, desde el Instituto Vall d’Hebrón de Oncología de Barcelona afirmaron que el VHIO es una fundación privada, a pesar de ser parte de un centro del Institut Català de Salut.
Sin embargo, la doctora Felip es jefa del Instituto Oncológico del Hospital a la vez que toma decisiones en una de las marcas más importantes del sector farmacéutico en Cataluña, Grifols, hecho que desde algunos sectores ven, no ya como una incompatibilidad de cargos, sino como un «conflicto de intereses».
Silencio total
Este medio se puso en contacto con parte de los actores implicados, recibiendo en su mayoría el silencio como respuesta. Preguntado por LA RAZÓN, el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona se lava las manos: «El hospital, periódicamente, informa a los trabajadores de la obligatoriedad de pedir la compatibilidad». «Es potestad de Función Pública otorgarla (la compatibilidad)», añadieron.
Por otra parte, Administración y Función Pública es un departamento de la Consejería de Presidencia de la Generalitat, y de conformidad con el artículo 8 de la Ley 19/2013 de transparencia, está obligado a dar una «publicidad activa a un extracto de las resoluciones de autorización de compatibilidad dictadas en relación con los profesionales del sector público de Salud, a partir del día 10/12/2014».
En las resoluciones publicadas por la Generalitat sobre las compatibilidades de trabajadores públicos no aparece el nombre de Enriqueta Felip, a pesar de trabajar en el Instituto del hospital público Vall d’Hebron y también en la empresa privada Grifols. Esto muestra, pues, que o bien Felip no ha pedido nunca la autorización de compatibilidad, que la Generalitat se la denegó o que no es necesaria la aprobación de la administración para estos dos trabajos, al ser considerado el VHIO un centro privado pese a recibir dinero público.
Desde la Generalitat por su parte, informaron a este medio de que «cuando se conoció su actividad en Grifols se le pidió que hiciese la gestión y lo ha hecho muy recientemente». De momento, todavía no hay resolución, pues «el Departamento de Salud todavía está valorando si es o no una actividad incompatible con su cargo en Vall d’Hebron».
Algunos sindicatos destacan la posible situación de conflicto de intereses. Grifols, compañía catalana de la que Felip es consejera, ha firmado varios acuerdos de colaboración y SAFSD con el Hospital Vall d’Hebron, centro al que pertenece el Instituto que Enriqueta Felip lidera. La realización de ambos trabajos por parte de la doctora, no solo puede conllevar un conflicto de intereses, sino también muestra una práctica de dudosa ética.
Por su lado, la sección de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el Hospital Vall d’Hebron se muestra contraria a la duplicidad de estos puestos ocupados por Enriqueta Felip. «Puede haber conflicto de intereses», destaca un portavoz de CGT a este medio, que critica que «el VHIO se encuentra en un recinto de un hospital público y recibe dinero público». «Como CGT nos oponemos», añaden.
Asimismo, delegados de Comisiones Obreras en Vall d’Hebron, comentan a este medio que «por aquí, este tema es tabú», y no dan más información ni valoraciones. Este diario intentó, sin suerte, a lo largo del día de ayer, tener la opinión de Enriqueta Felip.
El caso Cellex
Por otro lado, el llamado Caso Cellex, en el que está implicado el superior de Felip, el oncólogo Josep Tabernero, destapó una compleja red de transferencias internacionales que habrían desviado 45 millones de euros a la sociedad Pinar SA, registrada en Luxemburgo. Esta investigación ilustra cómo el patrimonio de Pere Mir, fallecido en 2017, destinado a la ciencia y la asistencia social, pudo evaporarse entre 2018 y 2021 sin que los mecanismos de control de la Generalitat detectaran las irregularidades.
Entre 2018 y 2021, las fundaciones Cellex y Mir Puig realizaron doce transferencias por un total de 45 millones de euros a Pinar SA. En declaraciones a la fiscalía, Josep Tabernero insistió en que su papel como albacea fue «meramente testimonial» y que nunca participó en decisiones financieras.
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