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Carretera

Ni las glorietas ni las rotondas: estas son las intersecciones que está cambiando la conducción en España

Esta alternativa para cambiar de sentido destaca por su bajo coste económico, su seguridad reforzada y su eficacia a la hora de que el tráfico fluya

Una carretera de acceso a Sevilla EPEP

Conducir puede producir muchísimos efectos dependiendo de quién se encuentre al volante. Preocupación, miedo, estrés o fatiga son solo algunas de las sensaciones más frecuentes a la hora de desplazarnos en coche. Y si bien el factor humano tiene un peso muy importante, la vía y su estructura van a determinar si nuestro viaje se trata de una pequeña maniobra o de una travesía infernal.

Uno de los elementos más comunes que podemos encontrar durante un desplazamiento en carretera es la rotonda. España es el cuarto país del mundo en cuanto a cantidad de estas en sus carreteras, superando las 15.000 en la actualidad. Consideradas como lugares potenciales a la hora de generar caos y disputas entre conductores, las rotondas son indispensables para facilitar el flujo del tráfico... o al menos hasta hoy.

La nueva alternativa que ha llegado para quedarse

Creadas en los años 80 como alternativa a la rotonda de toda la vida, las intersecciones RCUT empiezan a destacar frente a sus antecesoras en tres aspectos básicos: economía, seguridad y fluidez. En lugar de crear un círculo en forma de 'O', estas intersecciones poseen forma de 'U', y se intercalan unas con otras para generar el efecto de la rotonda clásica.

Una intersección RCUTAtresmedia

En relación a los costes que conlleva implementar una intersección RCUT, estos disminuyen debido a que solo hay que crear un par de carriles que conecten la carretera, por lo que los ayuntamientos ahorrarán en inversión. Respecto al momento más importante a la hora de incorporarse a un nuevo sentido mediante una intersección de este estilo, la forma de proceder será igual que con las autopistas.

Por último, el único carril del modo RCUT facilita mucho al tráfico porque evita todo precisamente el caos de las rotondas. Los conductores, por lo tanto, no se verán expuestos a situaciones tan estresantes, mejorando así también el respeto y la atención por la seguridad tanto de uno mismo como la de los demás.