
Desaparecido
Dos semanas sin pistas de Miguel Campoy, el español desaparecido mientras navegaba en aguas de Bahamas
El empresario y navegante de 56 años, con doble nacionalidad española y estadounidense, desapareció el 6 de septiembre mientras cruzaba en solitario desde Ábaco Sur hacia Nasáu; la familia mantiene la búsqueda activa ante la falta de avances oficiales

La desaparición de Miguel Campoy, empresario madrileño y navegante experimentado, cumple ya dos semanas sin avances significativos. El pasado 6 de septiembre, Campoy zarpó en solitario desde Ábaco Sur con destino a Nasáu, capital de Bahamas, donde planeaba encontrarse con dos amigos para continuar una travesía hacia República Dominicana y Puerto Rico. Nunca llegó.
Su última comunicación, registrada seis horas después de iniciar la travesía, fue para informar de la falta de viento en la zona, ubicada dentro del Triángulo de las Bermudas, una región conocida por su historial de desapariciones misteriosas. Desde entonces, no se ha vuelto a saber nada de él.
El operativo de búsqueda comenzó con retraso. La familia contactó con el Consulado español en Bahamas y la Embajada en Jamaica el día 7, pero las autoridades locales no activaron el protocolo hasta pasadas 48 horas. El Servicio de Guardia Costera de Estados Unidos avistó la zódiac de apoyo del velero el 10 de septiembre, pero la perdió y no la recuperó hasta tres días después, en una ubicación distinta. En su interior se hallaron documentos personales, una bolsa estanca y luces de emergencia usadas, lo que sugiere que Miguel pudo haber estado a bordo recientemente.
Lo más desconcertante para la familia es que no ha aparecido ni el velero principal ni el arnés flotador que Miguel siempre llevaba consigo. Su hermana, Pilar Campoy, ha insistido en que él era extremadamente metódico y precavido, y que jamás habría activado el motor de la zodiac sin estar montado en ella.
La búsqueda oficial se ha visto interrumpida por condiciones meteorológicas adversas, y podría estar llegando a su fin según los protocolos estadounidenses. Sin embargo, la familia continúa rastreando la zona por medios privados, incluyendo avionetas y embarcaciones fletadas, y mantiene la esperanza de que Miguel haya encallado en algún punto remoto y pueda estar con vida.
El caso ha generado una ola de solidaridad entre organizaciones como SOS Desaparecidos, RIAPD, que han difundido alertas internacionales para ampliar la búsqueda. La incertidumbre persiste, y cada día sin noticias aumenta la angustia de sus seres queridos, que se aferran a cualquier indicio para reconstruir el paradero de Miguel Campoy.
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