Cambios en la demografía
India: el desafío de ser el país más poblado del planeta
Acaba de superar a China y muestra características que la pueden hacer una potencia mundial... o un desastre global
De acuerdo con cifras oficiales India ya es oficialmente el país con mayor número de habitantes. Pero la demografía local es muy diferente a la china y los problemas a los que se enfrenta se acumulan.
El último informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que, por primera vez desde los años 1950 (cuando este organismo empezó a realizar los censos) China ha dejado de ser el país más poblado del mundo para dejar paso a la India. Se habla de una diferencia “nimia”, apenas 30 millones, pero el paso ya está dado y tiene el potencial para cambiar el panorama mundial… o sumir a la India en el desastre.
La población China está envejeciendo tan rápidamente que la proporción de su población mayor de 60 años aumentará del 20% actual al 30% en 2035. Con el crecimiento económico sucede algo parecido: llegó a casi 10% anual desde 1978 y ahora apenas roza el 3%. Por su parte la población India tiene una edad promedio de 28 años, lo que la convierte en la fuerza laboral más grande del planeta (al menos en números brutos un 75% está en edad laboral), lo que podría hacer realidad la meta de convertirse en la tercera economía más grande del mundo para 2029. Su economía crece a un ritmo del 6,8% y todo parece positivo. No lo es. Según declaraciones de Shailaja Chandra, ex secretaria del Ministerio de Salud y Bienestar Familiar, “menos del 50% de los hombres y mujeres indios adultos están en incluidos en esta fuerza laboral. El nivel de escolaridad promedio es bajo, por lo que se cierran opciones de educación superior o profesional que por sí solas pueden conducir a trabajos asalariados”.
A eso hay que sumarle la enorme disparidad en el empleo femenino: según la Muestra Nacional publicada este año, solo el 25,6% de las mujeres mayores de 15 años tenían un trabajo por el que cobraran. “Es imposible esperar que las mujeres se unan a la fuerza laboral sin terminar primero con los prejuicios inherentes y la injusticia que sufren, evidenciados por la mala nutrición, los matrimonios infantiles, la maternidad temprana y la baja autoestima – añade Chandra –. Hasta que se eliminen esas barreras, las mujeres siempre se verán disuadidas por las desventajas de la educación incompleta, la mala nutrición y el riesgo de embarazos no deseados la hora de acceder a un trabajo asalariado”.
En la India, dos de cada tres habitantes todavía vive en aldeas, lo que dificulta enormemente el acceso a una educación ya no de calidad, sino que al menos puedan terminarla. Y la situación se ha hecho aún más grave después de la pandemia: 40 millones de trabajadores con un empleo en la ciudad tuvieron que regresar a sus aldeas… En pocos meses un número equivalente al 80% de la población de España regresó a su lugar de nacimiento. Por lo tanto, tener una enorme fuerza laboral resulta ser un arma de doble filo. Más aún con cinco millones de personas que se suman cada año.
“El mayor obstáculo en el camino del desarrollo económico general es la tasa alarmante de crecimiento de la población”. La frase podría aplicarse al actual momento de la India… el problema es que la dijo en 1967 su entonces ministro de salud y planificación familiar, S Chandrasekhar. Hoy los niveles oficiales de desempleo de la India rozan el 8% (hablamos de casi 100 millones de desempleados… oficialmente). De acuerdo con Mahesh Vyas, director de Center for Monitoring Indian Economy (CMIE), “el país tiene una oportunidad única en la vida, pero la oportunidad también pueda convertirse en una crisis. India debe aumentar las inversiones y absorber a todas las personas en la fuerza laboral, de lo contrario puede convertirse en un desastre demográfico”.
Y es que este escenario no va a durar para siempre, como hemos visto con China: la fuerza laboral de la India va a envejecer debido a los descensos en la tasa de natalidad de los últimos años. Según V. Himanshu, profesor de economía en la Universidad Jawaharlal Nehru, de Nueva Delhi “con la caída de las tasas de fertilidad, se espera que la población en edad laboral de la India (20-59 años) alcance un máximo en 2041 y luego se desplome. Tenemos una pequeña ventana delante de nosotros. No creo que las cifras de población sean tan importantes como establecer lo que tienes que hacer con el dividendo demográfico. Por ejemplo, hasta ahora no hemos visto buenos indicadores en cuanto a la capacidad de la India para utilizar a la población joven en empleos productivos. En realidad, más personas se están uniendo al sector agrícola en comparación con el sector no agrícola, lo que realmente demuestra que vamos a desperdiciar la ventaja que nos ha brindado el dividendo demográfico”.
Si dejamos de lado la educación y el empleo, el mayor desafío (quizás más importante aún que los anteriores) es la sanidad. India invierte 19 euros por habitante en salud, muy lejos de los €268 de China, los €166 de Tailandia y hasta de los €56 de Vietnam. Y aquí volvemos a la rueda… sin educación y con una población que comenzará a envejecer en menos de dos décadas, la necesidad de más médicos y mayor inversión es enorme.
La India se enfrenta a un futuro incierto, con un potencial enorme para florecer pero también muchos riesgos que debe tener en cuenta, sobre todo en un momento y un mundo en el que no puede irse por sí mismo, como le ocurrió a China en algunos aspectos tecnológicos y económicos. Aquí está el desafío.
El desafío de la mujer
En el país asiático poco más de 48% de sus habitantes son mujeres. Para Shailaja Chandra deben cumplirse cinco reglas si se espera que el país prospere.
1)Toda mujer debe recibir protección y seguridad para casarse solo después de que sea adulta.
2) Debe poder elegir libremente su futuro y recibir clases de salud maternoinfantil.
3) Se debe mantener un recuento de niñas adolescentes por aldea para actuar contra los matrimonios precoces ilegales y permitir que las niñas adquieran una educación mínima.
4) La planificación de la mano de obra debe convertirse en la piedra angular de las políticas de desarrollo.
5) Las leyes que habilitan el trabajo nocturno de las mujeres deben contemplar su transporte seguro de ida y vuelta a las fábricas y los centros de servicio deben cambiarse de manera prioritaria.
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