Virales
Jordi Cruz critica que la hostelería está llena de "blandengues": "Antes éramos espartanos"
El chef con estrella Michelin asegura que el gremio ha pasado de jornadas de catorce horas a rechazar trabajar más de ocho y lamenta sentirse "solo" en la defensa del oficio antiguo
Jordi Cruz ha desatado polémica al asegurar en el pódcast 'Se me Antoja' que la cocina española se ha llenado de "blandengues" incapaces de asumir el sacrificio que exige el oficio. Con varias estrellas Michelin y una trayectoria que empezó a los catorce años, el propietario del restaurante ABaC no duda en calificar el cambio generacional como una traición al espíritu que él vivió: "Hemos pasado de ser espartanos, de meterle catorce horas y verlo bonito, a hacer solo ocho y buscar equilibrio".
El cocinero explica que la transformación se ha producido en apenas cinco años y que él, "como purista del oficio", aún no termina de digerirlo. Asegura que cuando intenta mantener el ritmo de siempre, compatibilizar sus locales, la televisión y la familia, se encuentra "dando tumbos solo" porque los nuevos profesionales no comparten esa filosofía de entrega total. La presión, añade, se multiplica cuando tu propia pareja reclama tiempo y el sector te mira como un bicho raro por querer seguir partiéndote la cara tras los fogones.
Cruz insiste en que no se trata de añorar sufrimiento por el sufrimiento, sino de defender un modelo que considera esencial para alcanzar la excelencia. Reconoce que la sociedad ha cambiado y que la conciliación es un derecho, pero advierte que el resultado es una cocina "más blanda", donde prima el reloj por encima de la perfección del plato. Ese desencuentro entre vieja y nueva escuela le ha dejado, admite, un sabor de soledad: "Lo ves todo muy raro y estás ahí dando tumbos y los estás dando solo".
"Y más en los tiempos que corren, que son muy jorobados"
El chef no menciona nombres ni restaurantes concretos, pero su reflexión apunta directamente a una generación que exige turnos razonables y rechaza las dobles jornadas que él vivió como bautismo de fuego. La crítica llega en un momento en el que el sector busca talento y, al mismo tiempo, lidia con la fuga de profesionales hacia otros ámbitos menos exigentes. Cruz teme que, si se generaliza la mentalidad de "ocho horas y a casa", desaparezca el ADN que llevó a la cocina española a la cima mundial.
Aunque no propone soluciones concretas, su mensaje es claro: el oficio debe seguir exigiendo pasión y resistencia porque, de lo contrario, "nos quedaremos sin espartanos y llenos de blandengues".