Erupción volcánica

La “isla” que puede salvar la Gran Barrera de Coral australiana

Una masa de piedra pomez del tamaño de Manhattan surgió en el Pacífico a causa de un volcán y podría ser la clave para la restauración de los corales australianos.

La “isla” de piedra pomez vista desde una imagen satélite de la NASA
La “isla” de piedra pomez vista desde una imagen satélite de la NASAlarazon

Michael Hoult navegaba en un catamarán junto a su pareja, Larissa Brill, en el Océano Pacífico rumbo a las islas Fiyi cuando se toparon con una “isla” de piedra pomez del tamaño de 20.000 campos de fútbol. “Las olas mermaron tanto que el mar quedó casi en completa calma, y el barco frenó a un nudo” de la masa de roca volcánica, escribieron en internet Hoult y Brill. “La masa de piedras llegaba hasta donde nos alcanzaba la vista bajo la luz de la Luna y de nuestro reflector”, añadieron. En una entrevista en la CNN días después, Hoult, explicó la situación en la que se encontraron: “Todo el océano estaba mate, no podíamos ver el reflejo de la Luna en el agua. Las piedras se cerraban a nuestro alrededor, por lo que tampoco podíamos ver nuestra estela”. La pareja australiana quedó temporalmente atascada cuando las rocas bloquearon el timón, pero finalmente pudieron navegar fuera del área. Desde aquel encuentro, han enviado muestras de las piedras pómez que forman la isla a los investigadores de la Universidad Tecnológica de Queensland (QUT), en Australia. Posteriormente, varias personas han informado a las autoridades del avistamiento de la “isla”, que fue divisada el pasado 9 de agosto, unos días después del contacto de la pareja, por el Observatorio de la Tierra de la Nasa y que cuenta con una superficie de 150 kilómetros cuadrados, lo que equivale al tamaño de la isla de Manhattan.

El profesor Scott Bryan, geólogo que estudia las piedras volcánicas en la QUT, explicó que esas masas se pueden ver aproximadamente una vez cada cinco años en la región. “Es un fenómeno que se ha reportado antes, como islas en medio del océano con las que la gente se topa pero no puede volver a encontrar”, explicó a la BBC.

Según el geólogo, las imágenes satélite muestran cómo la masa se ha partido en dos y algunas rocas desprendidas han formado figuras en forma de cinta. “En este momento hay más de un trillón de pedazos de piedra pómez flotando juntos, pero, con el tiempo, se separarán y dispersarán a través de la región”, comentó.

En la actualidad, la “isla” se dirige hacia Fiyi a una velocidad de entre 10 y 30 kilómetros al día y probablemente pase frente a Nueva Caledonia y Vanuatu. Además, si sigue el rumbo actual y no se dispersa, se pronostica que llegue hasta Australia. “Es posible que pueda llegar hasta Australia dentro de un año, pero no sabemos si durará tanto”, expresó el doctor Martin Jutzeler, de la Universidad de Tasmania, Australia.

De acuerdo con los análisis de la corriente oceánica, se espera que la piedra pómez se desplace hacia la costa australiana durante los próximos meses, flotando como una especie de iceberg, pues lo que se ve en la superficie es solo el 10% del tamaño de las rocas que lo componen.

En declaraciones a la Australian Broadcasting Corporation, los científicos afirmaron que la masa de roca volcánica probablemente se convertirá en hogar para la vida marina a medida que cruze el Pacífico impulsada por las corrientes oceánicas. “Mucha vida puede aferrarse a la piedra pómez y ser transportada miles de kilómetros. Así que es una manera de renovación de los ecosistemas en algunas partes, pero también puede introducir especies invasivas”, indicó Jutzeler.

Si la “isla” llegara hasta Australia, podría beneficiar a los arrecifes de la Gran Barrera de Coral, opinan algunos investigadores.

Los expertos señalan que la masa, a la que llaman “balsa”, probablemente viene de una volcán submarino que hizo erupción el pasado 7 de agosto y se ubica cerca de Tonga, un país insular de Polinesia, según las imágenes satélite del Observatorio de la Tierra de la NASA. La piedra pómez, que se produce cuando el magma volcánico se enfría rápidamente, está llena de agujeros y cavidades por lo que es el ambiente ideal para que los organismos marinos aniden ahí.

“Este es un mecanismo potencial para reabastecer a la Gran Barrera de Coral. Basándonos en lo observado con fenómenos similares ocurridos en los últimos 20 años, (la “balsa”) va a traer corales saludables y habitantes nuevos a los arrecifes”, explicó Bryan.

Gracias a esto, el mayor sistema de arrecifes del mundo podría volver a regenerarse después de que en 2016 y en 2017 las olas de calor marinas causadas por el cambio climático provocaran que los corales expulsaran algas simbióticas de sus tejidos, perdiendo su característico color y volviéndolos blancos. Hecho que provocó la muerte de aproximadamente la mitad de los corales en la Gran Barrera de Coral, junto con otros muchos en el resto del mundo.

Este arrecife, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1981, se extiende por más 2.300 kilómetros y alberga unos 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 moluscos. Como consecuencia del cambio climático, algunas de las especies que conviven en el arrecife como delfines, tiburones, rayas o tortugas están siendo amenazadas. Frente a este escenario, el año pasado el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco solicitó una acción mundial sobre el cambio climático para proteger cinco grandes arrecifes de coral, incluido la Gran Barrera de Coral australiana.

La amenaza de la Gran barrera de Coral

La agencia gubernamental que se encarga de administrar la Gran Barrera de Coral australiana ha pasado de calificar la condición de los corales de “mal” a “muy mal” debido a los problemas derivados del cambio climático, la sobrepesca y la extracción y retirada de tierras, lo que pone en peligro su condición de Patrimonio Mundial.

El informe que evalúa el estado de los corales de la Autoridad de Parques Marinos de la Gran Barrera de Coral (Gbrmpa en inglés) cada cinco años, “ pone de manifiesto el hecho de que las perspectivas a largo plazo para la Gran Barrera de Coral son muy malas, lo que se debe al cambio climático”, explicaba a Reuters el jefe de científicos de Gbrmpa, David Wachenfeld.

A pesar del oscuro futuro al que se enfrenta la Gran Barrera de Coral, Wachenfeld se muestra optimista, ya que “con la combinación correcta de acciones locales para mejorar la capacidad de recuperación del sistema y acciones globales para abordar el cambio climático de la manera más fuerte y rápida posible podemos cambiar eso”.

La directora de la Sociedad de Conservación Marina Australiana, Imogen Zethoven, recordaba que no es la primera vez que la Gran Barrera de Coral recibe, este tipo de advertencias: el problema es que nunca se ha intentado frenar su decadencia. “Este es el tercer informe, hemos tenido diez años de advertencias, diez años de aumento de las emisiones de efecto invernadero y diez años observando al arrecife dirigirse a una catástrofe”, ha recalcado.

Entrevista con el experto

Con motivo de la aparición de la “isla” desde LA RAZÓN hemos entrevistado a Jose Luis Barrera, vulcanólogo licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de Madrid, para que nos explique cómo se producen este tipo de masas volcánicas y que efectos pueden traer al planeta.

- ¿Cómo es capaz la piedra pomez de albergar vida?¿Qué tipo de de ecosistema puede albergar?

- Al ser una piedra porosa, semillas, restos vegetales y demás organismos acuáticos consiguen adherirse a ella. Además, los pájaros que transportan semillas y ciertos tipos de vegetación en sus patas se posan en las rocas y pueden dejar restos. Habría que estudiar las corrientes aéreas para saber con exactitud que tipo de vegetación puede llegar a albergar. Por ejemplo, se ha demostrado que la arena rojiza del Sáhara llega a Bahamas a través de las corrientes aéreas y lleva el hierro que proporciona los nutrientes necesarios para que las bacterias generen una fertilización a base de carbonato en esta cadena de islas.

- ¿Cuánto tiempo pueden flotar estas rocas antes de hundirse?

- Depende de varios factores: de la fuerza de erupción del volcán, la composición del magma que expulsa y los movimientos que ocasionan las corrientes marinas que arrastran esa piedra.

- ¿Son comunes este tipo de formaciones en el resto del mundo?

- La gente desconoce que existen más erupciones submarinas que subaéreas. El volcán cercano a Tonga del que se cree que proviene la isla, hace erupción prácticamente todos los días, y la creación de islas no es una novedad. El caso más curioso es el del Empédocles, un gran volcán submarino situado a 30 kilómetros al sur de Sicilia que entró en erupción en 1831 y formó un pequeño islote de cuatro kilómetros de costa, casi sin tiempo a enfriarse, el capitán inglés Humphrey Fleming Senhouse zarpó de la isla de Malta para plantar la bandera británica en el peñón y bautizarlo con el nombre de Graham Island. Al poco tiempo, Francia e Italia también reclamaron el islote y esta situación estuvo a punto de causar un serio conflicto entre los tres, menos mal que la isla fue engullida por el mar dos semanas después, poniendo fin al conflicto.

- ¿La llegada de esta “isla” a la Gran Barrera de Coral podría tener consecuencias negativas?

- Habría que saber que tipo de vida arrastra, pero la llegada de especies invasivas podría suponer un cambio total en el ecosistema de la Gran Barrera. Aunque esto no tiene por qué ser malo, la Tierra siempre ha evolucionado por el método de destrucción y construcción, por lo que un nuevo ecosistema podría surgir en la barrera a partir de la destrucción del que existe ahora mismo.