Málaga

La transformación del mundo a través de la persona, en el centro del debate

Los organizadores del congreso “Trabajando en primera persona”
Los organizadores del congreso “Trabajando en primera persona”larazon

Málaga se ha convertido en un punto de referencia para aquellos que piensan que el aprendizaje nunca termina y que los constantes cambios a los que nos enfrentamos como sociedad necesitan nuevos planteamientos.

Málaga se ha convertido en un punto de referencia para aquellos que piensan que el aprendizaje nunca termina y que los constantes cambios a los que nos enfrentamos como sociedad necesitan nuevos planteamientos. Un ejemplo de ello es el congreso que se ha celebrado hacer unos días con el lema “Trabajando en primera persona”, que ha puesto sobre la mesa los retos a los que nos enfrentamos como personas, familia, como profesionales o empresa y, sobre todo, como sociedad. La presencia de Roya Mahboob, que estuvo en España por primera vez, fue ejemplo real de un compromiso personal para la transformación y mejora de nuestro mundo.

La Diputación de Málaga, junto al Ayuntamiento de Málaga, Fundación Unicaja, la revista Woman Essentia y ESESA IMF han sido los organizadores de este congreso pionero en la región sobre la felicidad, el crecimiento y la responsabilidad.

A través de todas las ponencias, y pese a tratar temas diferentes, se pudo encontrar varios puntos básicos comunes. Problemas como la crisis de autoridad, la evasión de la realidad, la desorientación, falta de motivación...recuerdan a situaciones de épocas pasadas pendientes de resolver, como ya ocurrió en 1968. Reconocer que el estado de bienestar no da la felicidad, sino que más bien contribuye a la destrucción de la misma, como indicó Marcelo Cambronero en su ponencia “Educar: acompañar a la plenitud posible”, junto a otros ponentes, como Sara Pérez-Tomé, o Marian Rojas Estapé, es un punto de partida que indica que hace falta algo más importante.

Se habló de la función básica y esencial de la familia como educadora, compañera de la vida, fuente de crecimiento y estabilidad personal, repercutiendo en los ciudadanos y, por tanto, en la sociedad. Del apego como fuente generadora de confianza de los individuos y, por tanto, la importancia de centrar la forma de conciliar en su verdadero protagonista, y por tanto, de las políticas dirigidas a ayudar de la forma más adecuada posible a la conciliación. La necesidad de cuestionar nuestras asunciones para aprender y mejorar, como individuos y cómo sociedad, así como destacar la formación en habilidades y competencias o la importancia clave de la imaginación y la curiosidad para transformar, y de la creatividad como capacidad de pensar y motor de cambio. La necesidad de fijarnos objetivos en todos los ámbitos de nuestra vida para saber a donde nos dirigimos, y de buscar un sentido a la misma, como fuente de motivación e inspiración. En resumen, “fue una invitación a cambiar el mundo”.

Marcelo López Cambronero, a través de un análisis histórico, realizó una explicación de por qué estamos donde estamos y lo que ha pasado en nosotros y nuestros hijos para entender los actuales problemas de la educación. Si mayo del 68 fue una revuelta sin éxito ante un estado de bienestar donde el sentido de la vida estaba establecido, no estamos muy alejados de esa situación. En el momento actual, lo que algunos llaman postmodernidad, estamos en una época de escepticismo sobre que la vida tenga algún sentido. Sin embargo, “si tenemos fines, tenemos motivación, y por tanto, aceptamos el esfuerzo...porque hemos visto que la realidad es bella y merece la pena”. Marcelo habló de los problemas actuales como la falta de motivación, desorientación, la crisis de autoridad, la evasión de la realidad, o la falta de inteligencia emocional, enfatizando en la necesidad de educar con sentido, en actitud, conocimiento y competencias. “Para cambiar la educación hay que descubrirles el sentido y belleza de la realidad para que lo experimenten ellos mismos. El principio de la educación es enseñar a que amen la vida” fue el mensaje final de Marcelo.

Catherine L’Ecuyer, planteó la cuestión de la conciliación comenzando con un análisis histórico y científico de su evolución, para así ayudar a entender las falsas creencias y mitos establecidos sobre este tema, a través de los acontecimientos que afectan a nuestra forma de entender lo que necesita el niño, así como en relación al rol de los padres y el niño hasta llegar a la teoría del apego, donde el niño es lo más importante y el rol de los padres es definitivo. “Los estudios ponen de manifiesto que lo mejor para el niño es un entorno normal, donde lo más importante es la calidad de las relaciones interpersonales del niño, y este entono óptimo no es otro que el entorno familiar, especialmente en los tres primeros años de vida”. Haber contribuido a reforzar el apego en la primera parte de la etapa de un niño es un generador de confianza y, por tanto, de autoestima sana, siendo esto lo clave en el desarrollo saludable del niño, y no el exceso de estimulación. Hizo un gran análisis de por qué los padres deben ser los primeros responsables de la educación de los hijos, y la necesidad de que esa primera figura de apego, que es el principal cuidador, tenga sentido del deber y sensibilidad, aclarando que la misma “solo se desarrolla estando tiempo con nuestros hijos”. Animó a mirar con otros ojos y recuperar la sensibilidad que se adquiere estando con ellos ya que acompañar al niño es una tarea maravillosa e insustituible.

La parte del networking vino de la mano de Antonio Domingo quién habló de la importancia de crear relaciones de confianza, a través de las preguntas y la escucha conocemos al otro y vemos las necesidades de la otra persona y poder encontrar puntos en común sobre los que poder trabajar juntos. El objetivo claro del networking es aportar valor, de forma que es un compartir para poner en valor en la otra persona, no es hacer contactos, sino establecer relaciones, por tanto es una forma generosa de ser ya que todos nos necesitamos y creceremos, no sólo profesionalmente, sino personalmente.

Sara Pérez-Tomé rescató también el valor de la familia como responsable y fuente educadora del pensamiento: “los hijos tienen que aprender a pensar, ya que pensar nos hace ser personas con inteligencia, voluntad y ganas de dar al mundo”. La necesidad de normas en la familia, que eduquen pero que no coarten su libertad de pensamiento ni su creatividad, y que animen a soñar. El efecto Pigmalión que tiene el sentido de motivar en base a expectativas reales, y ayude a los hijos a “crecer y sentirse felices con lo que hacen”. Y por otro lado nos recordó la gran responsabilidad de los padres como educadores, ya que todas las acciones, por hechos o por defecto, producen un gran efecto en las familias. En sus palabras, “los padres somos las levadura de los hijos para que sean buenos ciudadanos”...y “cada hijo se merece haber sido capacitado para poder elegir”. Demostró como la esperanza está en la familia rescatando su gran valor para la sociedad.

La doctora Marian Rojas entusiasmó al público con su exposición sobre la felicidad. El gran problema actual, destacó, “ha sido sustituir el sentido por sensaciones, que se hacen tóxicas cuando se pierde el verdadero sentido de la vida”. Habló de la necesidad de vivir el presente ya que el 90% de las cosas que nos preocupan nunca sucederán, y además hace que vivamos en modo supervivencia, siendo esta actitud fuente de enfermedades. Lo contrario de vivir en modo supervivencia, sería la opción de crecer. Nos recomendó la ecuación conocimiento+voluntad+proyecto de vida)x pasión, como forma de salir de ese estado. Advirtió así mismo que a ausencia de un proyecto de vida nos está haciendo esclavos de la inmediatez. “La felicidad depende de cómo interpretamos lo que nos pasa ya que nuestro cerebro se activa en base a nuestras interpretaciones de los hechos”, en esto tiene mucha importancia los sistemas de creencias, que pueden no dejarnos disfrutar de las cosas que nos pasan en ese momento. Alarmó sobre como la adicción a las redes sociales está provocando una nula tolerancia a la frustración en la juventud. Su mensaje nos puso la tarea de trabajar en “cómo aceptamos la realidad y cómo nos enfrentamos a ella”.

Mónica López Barahona, presidenta de la Fundación Jerome Lejeume, habló de los retos que los nuevos descubrimientos científicos están planteando. A través de la figura de Jerome Lejume, descubridor de la trisomía del par 21, nos plateó como lo que puede ser un descubrimiento científico de gran valor, puede ser utilizarlo por el hombre como arma de destrucción, y como esto generó una seria cuestión ética en su descubridor, que terminó en no recibir el Premio Nobel al cual había sido nominado. El reto actual provocado a partir de la posibilidad de crear vida fuera del útero materno, así como los avances en el diagnóstico prenatal, han generado una serie de cuestiones morales tan complicadas como el uso de los vientres de alquiler, la compra y venta de óvulos y esperma, el bebe medicamento, y la desaparición de las personas Down o con otras enfermedades, entre otros.

Ana Fragua, fundadora de For Women, nos habló de los retos a los que se enfrenta la mujer emprendedora a partir de la maternidad, destacando la necesidad de empezar desde dentro, en un proceso de autoconocimiento y autorrealización para, gracias a las conexiones y nuevos modelos de liderazgo, llegar a una excelencia personal y profesional.

Beatriz Recio hizo una llamada de atención animando a las mujeres a actuar, en la medida de sus posibilidades, para ser los motores del cambio que el mundo necesita. Realizó un análisis de los movimientos que se han producido y dio las calves del verdadero liderazgo como fuente de orientación, inspiración y aprendizaje: “liderar no es mandar, es servir”. Creciendo gracias a herramientas como la formación, la creación de una marca personal, la comunicación y la creación de relaciones a través del networking, consiguiendo así una mayor visibilidad del papel de la mujer en este siglo.

La parte de la creatividad, como capacidad de pensar, vino de la mano de Jorge Delgado, quien nos habló de la necesidad de ser curiosos para innovar y avanzar. Cuestionarnos las asunciones, redefinir los problemas y no conformarnos con la primera solución, asumir riesgos, ser tenaz, nos ayudará a ser más creativos, además de observar o escuchar. Animó a probar cosas nuevas y no quedarnos con lo de siempre pero partiendo siempre de una buena definición del problema, volviendo así a la necesidad de fijar un objetivo y animando a cambiar el mundo ¡una vez más!

Esta inspiración puso el cierre al congreso con la experiencia vital de Roya Mahboob, fundadora de Digital Citizen Fund, quién explicó a todos los presentes el trabajo desarrollado para ayudar a las niñas de Afganistán a salir de la situación en la que se encuentran debido a la falta de acceso real a la educación. La ausencia real de posibilidades hace imposible que la mujer pueda conseguir independencia no sólo económica, sino en relación a las decisiones más importantes de su vida. Toda una motivación y sentido de la vida puesto en movimiento.