
Religión
León XIV: vacaciones en Castel Gandolfo
Robert Prevost retomó el veraneo papal en una de las residencias del palacio que Francisco convirtió en museo

León XIV está oficialmente de vacaciones. El Papa agustino se trasladó hoy desde el Vaticano a la localidad italiana de Castel Gandolfo para evitar el calor veraniego de Roma y tomar algo de distancia en el que sin duda ha sido el año más intenso de su vida. Porque poco hacía presagiar al arrancar este año jubilar que el discreto prefecto del Dicasterio para los Obispos, el cardenal Robert Prevost, acabaría siendo elegido Papa el 8 de mayo tras el fallecimiento de Francisco.
Hoy, dos meses después de salir de la Capilla Sixtina revestido de blanco, se despierta en Villa Barberini, la que será su residencia hasta el próximo 20 de julio. En el puente de agosto, con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen, protagonizará una nueva escapada al enclave. León XIV será el decimosexto Papa que se aloje en el lugar elegido como residencia de verano por los Pontífices desde mediados del siglo XVII.
Agenda relajada
A buen seguro que este tiempo, además de descanso, servirá para que el Pontífice agustino tome algunas decisiones clave en esta etapa de estreno, como sus primeros viajes o hacia dónde apuntará la primera encíclica o exhortación apostólica que, sin duda, tendrá un enfoque programático. De hecho, no se encerrará a cal y canto. En su agenda está previsto que presida el próximo miércoles la primera misa por el cuidado de la creación, un formulario litúrgico que aprobó la semana pasada en línea de su predecesor de velar por la ecología integral, también desde la oración. Esta celebración será especialmente relevante puesto que tendrá lugar en el «Borgo Laudato Si», un proyecto de ecodiversidad puesto en marcha por Francisco en los jardines del palacio de Castel Gandolfo.
Además, el 13 de julio presidirá la misa en la parroquia de San Tommaso di Villanova y el día 20 visitará la vecina localidad de Albano, para celebrar la eucaristía en su catedral, que curiosamente era la diócesis de Prevost como cardenal. Eso sí, todas las audiencias privadas y generales se suspenderán hasta el 30 de julio, fecha en que se reanudarán con motivo del Jubileo de la Juventud, uno de los actos centrales del Año Santo 2025. Pero antes de poner rumbo a su destino, situado a unos 30 kilómetros de Roma, el Papa norteamericano nacionalizado peruano presidió ayer la oración mariana del ángelus desde el Palacio Apostólico.
Lo cierto es que León XIV vuelve a Castel Gandolfo como lo hicieran otros tantos pontífices salvo Francisco, que decidió no moverse de la residencia de Santa Marta durante sus doce años como Sucesor de Pedro. Eso sí, Robert Prevost no vivirá en el palacio que sí habitaron Juan Pablo II y Benedicto XVI, puesto que su inmediato predecesor ordenó convertirlo en un museo como alternativa al desuso. Será la llamada Villa Barberini el alojamiento del nuevo Papa, que el pasado jueves visitó en persona para constatar cómo marchaban los preparativos para acogerle en un lugar que goza de un clima más fresco a orillas del lago Albano. El espacio cuenta con piscina y pista de pádel y, en principio, la casa estaba destinada al secretario de Estado y al prefecto de la Casa Pontificia.
Emoción y orgullo
Para el padre Tadeusz Rozmus, el párroco de Castel Gandolfo, el retorno del Papa al pueblo aúna «emoción y orgullo». «Desde que el Papa Francisco decidió no venir, he escuchado muchas quejas porque todos extrañaban ese ambiente. En cambio, ahora todos han regresado llenos de orgullo», expresa el sacerdote. Además, apunta que «nos estamos preparando con gran emoción; estará aquí con nosotros y lo recibiremos como a un Papa que regresa a casa». En esta misma línea, el cura aclara que «Castel Gandolfo no es solo un lugar de descanso», sino que el Papa «también viene aquí a trabajar en un contexto diferente: a preparar encíclicas y celebrar reuniones, dividiendo su tiempo entre el descanso y el trabajo».
Más allá de la reactivación del turismo en la región, otras de las cuestiones que se han puesto sobre la mesa en estos días es garantizar la seguridad del Papa con un despliegue que se ha tenido que reactivar después de más de una década congelado.
«Estamos elaborando con una empresa de ingeniería un plan de seguridad para todo el centro histórico, con sus calles adyacentes. Todo esto debe hacerse sin molestar la vida cotidiana de la ciudad», comenta el alcalde Alberto de Angelis.
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