Sucesos

Los "Monstruos de Ecatepec"matan a 20 mujeres y usan sus corazones para alimentar a sus perros

La pareja fue arrestada cuando empujaba un carrito de bebé lleno de restos humanos

Patricia Martínez Bernal y Juan Carlos Hernández Béjar
Patricia Martínez Bernal y Juan Carlos Hernández Béjarlarazon

Juan Carlos y Patricia atraían a las mujeres a su casa. Ella salía con los niños. Él se quedaba con las víctimas. Las degollaba, violaba y descuartizaba. Además, utilizaban los cuerpos para alimentar a sus tres hijos y a sus dos perros.

Juan Carlos Hernández Béjar, de 38 años, y Patricia Martínez Bernal, de 44, han pasado a la historia como los asesinos en serie con una mayor condena en la historia de México, que podría alcanzar los 400 años de prisión. A la pareja, que convivía con tres hijos menores de edad, se les imputa el asesinato de 20 mujeres, a las que descuartizaron y extrajeron los corazones para alimentar a sus dos perros. El 4 de octubre de 2018 fueron detenidos cuando paseaban por las calles de Ecatepec con un carrito de bebé lleno de restos humanos. El juez ordenó el registro de sus viviendas, en las que encontraron más restos humanos.

Juan Carlos confesó al menos 10 asesinatos desde 2012 porque odiaba a las mujeres. Durante el interrogatorio dijo que su madre le maltrataba, le vestía de niña y obligaba a mirar cuando ella mantenía relaciones sexuales con otros hombres. Además, dio todo tipo de detalles de cómo actuaban él y su mujer para atraer a las víctimas, violarlas y asesinarlas.

Juan Carlos había pasado por el ejército y había alternado varios trabajos. Camarero, vendedor de ropa y compraventa de teléfonos móviles por internet. En ese momento conoció a su mujer en un bar y comenzaron una relación.

Así, logró que su mujer era la encargada de establecer nexos de confianza con las víctimas para atraerlas a su casa. Cuando entraban en su vivienda, ella se marchaba con sus hijos y dejaba a su marido satisfacer sus instintos asesinos. Ella padece una discapacidad psíquica de nacimiento y temía que si se negaba, su marido pudiera abandonarla. Debido a su sentimiento de inferioridad y dependencia, Patricia le permitía hacer lo que quisiera con las mujeres.

Cuando se quedaba a solas con sus víctimas, daba rienda suelta a su instinto animal. A algunas las violaba antes de degollarlas. Otras veces profanaba sus cuerpos después del crimen. A veces llegaban a comerse trozos de carne de sus víctimas y se las daban a sus hijos. Juan Carlos y Patricia veneraban a la Santa Muerte. Después, procedías a trocearlas y arrojaban los restos a dos calles de su vivienda, en un lugar que los vecinos utilizaban como basurero. Una de ellas era Nancy, una joven que desapareció cuando iba con su bebé de dos meses de camino a una reunión del colegio de una de sus hijas.

Los investigadores corroboraron que uno de los cuerpos pertenecía a Nancy y que su bebé había sido vendido por los asesinos en serie a una pareja. El bebé fue recuperado en perfecto estado de salud y entregado a la familia de su difunta madre.

La pareja fue condenada el pasado 1 de octubre a 40 años de prisión por la muerte de una de las mujeres, condena que sumada a las anteriores ascendería a 327 años de confinamiento, por lo que "la vida no les alcanzará para pagar sus culpas de feminicidio, secuestro y otros delitos", como lo informó el Ministerio Público de la Fiscalía Especializada de Feminicidios.

Desde el 20 de mayo pasado, la pareja ha sido declarada culpable en ocho ocasiones, siete de ellas por feminicidio y una por trata de personas en la modalidad de adopción ilegal. Los cargos que les quedan por enfrentar son un proceso más en su contra por feminicidio, y otro por desaparición forzada cometida por particulares, por lo que se espera que la condena se amplíe hasta los casi 400 años.