Mascotas

Los “permisos parentales” para cuidar a las mascotas, existen

Empresas de Reino Unido y Estados Unidos conceden hasta una semana de vacaciones a sus empleados que acaben de incorporar un perro o un gato a su hogar

Woman holds in hands puppy as smooth fox terrier. Family hunting dogs.
Woman holds in hands puppy as smooth fox terrier. Family hunting dogs.larazon

Empresas de Reino Unido y Estados Unidos conceden hasta una semana de vacaciones a sus empleados que acaben de incorporar un perro o un gato a su hogar.

Las mascotas son uno más de la familia. Tanto es así que en Reino Unido y Estados Unidos hay empresas que conceden hasta una semana a sus empleados que acaban de adoptar o comprar un gato o un perro. Con el objetivo de que se integren mejor en su nuevo hogar. Algunos de los negocios que están poniendo en práctica esta política son la compañía de tecnología estadounidense «mParticle» o el fabricante «Mars».

En España, todavía no hay referencias a este tipo de permisos, y este debate surge justo la misma semana en la que ha entrado en vigor el nuevo decreto que establece que los permisos parentales por tener un hijo son de ocho semanas (antes eran cinco), una cifra que aumentará hasta las 12 en 2020 y las 16 en 2021. Pero, ¿qué beneficios podría tener para las mascotas que sus dueños estén con ellas durante su primera semana de estancia en casa?

Paula Molina, etóloga canina del Instituto del Comportamiento Animal (ICA), asegura que «es muy positivo para ellos, porque les sirve para conocer la casa; comprender las normas y rutinas, por ejemplo, los horarios de comida o paseos, y les aporta mucha confianza con la familia». Sin embargo, para Molina hay una razón mucho más importante que las anteriores, «sobre todo porque aprenden a quedarse solos en casa, y esto es muy positivo para ellos, ya que les reduce los miedos»

Alicia De la Calle, educadora canina de Adiestralo.com, también aplaude dicha medida: «Les permite adaptarse mejor a su nuevo hogar, porque lo más importante para ellos cuando llegan a casa es tener referencias, y nosotros somos la única, y si nos vamos porque tenemos que trabajar y se quedan solos en casa, esta referencia se pierde, y puede desencadenar problemas».

Pero más allá de las consecuencias a corto o medio plazo que pueda tener tanto para dueños como para la mascota, Molina establece que este hecho es determinante para su conducta en un futuro. «Pueden no llegar a desarrollar comportamientos negativos como la ansiedad por separación, que es el nombre que recibe el periodo en el que las mascotas recién llegadas a casa lloran por las noches, o cuando se quedan solas, que no coman bien, o que noten desconfianza con su nueva familia». Por su parte, De la Calle explica que «este periodo de adaptación con el dueño puede reducir la aparición de trastornos afectivos y de conducta, y garantiza un buen vínculo familiar».

Pero los perros y los gatos no son los únicos que salen ganando con estos permisos. «Para nosotros es muy bueno porque, de esta manera, creamos un vínculo de confianza mucho más fuerte», argumenta Molina. Del mismo modo opina De la Calle: «No es lo mismo irse a trabajar sabiendo que nuestra mascota está bien en casa, que temiendo por nuestro bienestar. Medidas como ésta podría reducir mucho el nivel de ansiedad de los dueños, y del mismo modo aumentar su nivel de productividad en sus trabajos».

En nuestro país, la corriente «petfriendly» va ganando cada vez más terreno. Bares, hoteles, lugares de ocio o tiendas se unen a este fenómeno que tiene como principal objetivo incluir a las mascotas en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo, ¿pueden llegar las empresas españolas a incluir este tipo de medidas en sus políticas de recursos humanos? «Es un poco pronto para que este tipo de permisos lleguen a España, porque a pesar de que la corriente “petfriendly” esté cada vez más presente, todavía nos queda mucho para llegar a este punto. Por eso hay que seguir luchando», señala Molina. Por su parte, Alicia de la Calle argumenta que, «aunque hemos avanzado mucho en los últimos años, todavía no hay un nivel de concienciación y conocimiento en este tipo de asuntos, tan elevado como en otros países».