Innovación

Los médicos del futuro se forman en hospitales simulados

Cuando hay vidas en juego, la práctica en un entorno similar al mundo real es clave. Entrenar centenares de situaciones clínicas ayuda disminuir el margen de error

Aulas del Hospital Simulado de la Universidad Europea de Villaviciosa de Odón. © Jesús G. Feria.
Aulas del Hospital Simulado de la Universidad Europea de Villaviciosa de Odón.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Donar el cuerpo, o algú órgano, a la ciencia o la investigación es la práctica habitual para que estudiantes de distintas ramas de Medicina y otras titulaciones universitarias relacionadas con el ámbito sanitario puedan practicar con modelos humanos. Gracias a la tecnología, ahora existe una amplia variedad de métodos para que los futuros médicos puedan formarse en cientos de situaciones de la vida real antes de entrar en contacto con pacientes de verdad.

Hablamos de realidad virtual, aumentada, simuladores, «muñecos» hiperrealistas (que respiran, sangran, sudan, dan a luz o sufren infartos) y actores que representan el papel de pacientes. El objetivo de estas herramientas es el de mejorar la formación y las competencias de aquellas personas que van a tener en sus manos vidas humanas, cuyos aciertos y errores tienen mayores consecuencias que en otras profesiones.

Según el último informe el Defensor del paciente, el número de negligencia médicas en nuestro país en 2023 descendió respecto al año anterior. Se registraron 12.071 casos (1.540 menos que en 2022), de los que 602 concluyeron con la muerte de los pacientes.

Las principales instituciones de enseñanza y los expertos a nivel mundial afirman que al alumno hay que incorporarlo cuanto antes al entorno clínico, el sistema sanitario, sea en Atención Primaria o en hospitales, que son «el gran aula» para enseñar Medicina. Sin embargo, la mayoría de los estudiantes no ven pacientes hasta el tercer año de carrera.

Entorno seguro y controlado

Pero esto está cambiando gracias a que muchas universidades están incorporando en sus instalaciones Hospitales Simulados, espacios que albergan todos los recursos necesarios para el acercamiento de los alumnos al entorno real, pero de un modo seguro y controlado. En la actualidad, hay más de 800 en España.

Uno de los más completos es el de la Universidad Europea de Madrid, que dispone de todos los elementos necesarios para generar el ambiente de realismo de un centro sanitario, con la tecnología más avanzada en infraestructuras y un soporte audiovisual integrado en un gestor académico de acceso a profesores y alumnos. Es un centro de entrenamiento clínico, investigación e innovación docente. Los pacientes atendidos son simuladores de distintos niveles de complejidad, «pacientes estandarizados» o actores y pacientes virtuales.

Situado en el campus de la UEM de Villaviciosa de Odón, cuenta con 1.800 metros cuadrados que dan cabida a todo lo que encontraríamos en las instalaciones de un hospital real. Una recepción de Urgencias, una ambulancia, una zona de control, un quirófano de 40m2 con lavabo múltiple de lavado de manos quirúrgico, una farmacia hospitalaria, consultas con mesa y dos sillas, lavabo y camilla, una Unidad de Diagnóstico Múltiple, ecógrafo, tallímetro y peso tanto de adulto como pediátrico, cuatro salas de simulación compleja (para crear, por ejemplo, el entorno de una Unidad de Cuidados Intensivos), una farmacia comunitaria (la oficina de farmacia estándar, de calle), un quirófano y hasta una sala que recrea un salón de una vivienda para practicar la atención a domicilio.

Actores y "muñecos"

"La idea es que sea lo más parecido a un hospital para que los alumnos puedan practicar en un entorno ajustado a la realidad para mejorar su seguridad a la hora de atender al paciente", explica Oscar Oliva, director del Hospital Simulado de la UEM. "Trabajamos con dos tipos de ‘pacientes’. Por un lado, actores, que representan lo que denominamos un ‘paciente estandarizado’. Ellos reciben un guion de su vida (antecedentes, entorno social, condición- si está casado/a, soltero/a, si tiene hijos, etc) para que desarrollen su personaje. Con ellos, los alumnos practican situaciones reales como consultas de Atención Primaria, de Psicología, roll-plays de atención médica (por ejemplo, como comunicar malas noticias a los enfermos y sus familiares)".

Rufina, la "parturienta"

"Por otro lado están los ‘muñecos’ (simuladores) que son muy versátiles y se usan unos u otros dependiendo del objetivo que tenga el profesor. Desde los más básicos para practicar una técnica sencilla como una extracción de sangre a los más tecnológicos que dan una respuesta sistémica al acto médico (respiran, tienen pulso, sudan, se les puede tomar la tensión, lloran)". La más compleja es Rufina, una paciente de silicona que da a luz. Un simulador como esta "parturienta" puede costar unos 100.000 euros. "Con ella se pueden practicar desde cesáreas a partos complicados, es muy versátil".

Rodeándola están sus "bebés" en distintas etapas: un prematuro, uno nacido a término de unas pocas semanas y otro de meses. "Podemos complicar cualquier tipo de parto con ella, así como reanimación del bebé y, también tenemos una incubadora para prematuros", explica el director.

En el resto de las camas de la habitación –un espacio que puede convertirse en una sala de triaje, unos boxes de Urgencias, una UCI o cualquier otro escenario, según las necesidades de la actividad docente– están ocupadas en el momento de nuestra visita por un par de falsos pacientes ancianos (un hombre y una mujer) y una niña de unos 10-12 años. Descansan bajo las sábanas, apagados, pero impresionan igual.

En la habitación contigua, un simulador que representa a un hombre de mediana edad, probablemente para practicar una actuación de Urgencias después de un infarto o un ictus. Si pones la mano en su pecho, o tocas con los dedos su muñeca, notas el latido de su corazón simulado.

Una peculiaridad es que todo lo que sucede entre las paredes de este hospital "de mentira" es grabado (tanto imágenes como audio), "para usarlo, obviamente, con el fin de aprender, evaluar y mejorar", matiza Oliva. En este hospital simulado también disponen de aplicaciones de razonamiento clínico virtual mediante las cuales, a través de múltiples situaciones clínicas de distinta índole, el alumno debe realizar su entrenamiento en la toma de decisiones a tiempo real. El objetivo es preservar la seguridad del paciente y potenciar el desarrollo de conocimientos y competencias de manera integrada, permitiendo al alumno vivir y reflexionar sobre su propio aprendizaje.

También cuenta con simuladores hápticos, una tecnología que permiten imitar todas las sensaciones, tanto visuales como táctiles a la hora de realizar una prueba. «Este, por ejemplo, es para hacer una radiografía transesofágica. Me permite ver una imagen en la pantalla ecográfica y manipular la sonda como si estuviera haciendo una ecografía real al paciente», explica Oliva mientras maneja el dispositivo.

Hospital Veterinario Simulado único en Europa

La UEM también dispone del primer– y único– Hospital Veterinario Simulado de Europa, inaugurado hace un año. Un espacio de 800 metros cuadrados, que incluye una sala de espera, tres salas de simulación compleja, un establo simulado, una sala de "task training" para el desarrollo de habilidades y destrezas clínicas y una sala de hospitalización equipada con jaulas y mesas de exploración, ecógrafos de alta gama, equipamiento clínico real, una mesa de rayos X simulada, laboratorio de urgencias simulado y software para el estudio y la tridimensionalización de TCs, que permite practicar sobre escenarios en quirófano, reanimación, urgencias, unidad de cuidados intensivos o consulta.

Los futuros profesionales practican con simuladores de diferentes especies (como perros, gatos, caballos, vacas, cerdos, o conejos, entre otros animales) y de distinto nivel de complejidad (como en el caso de los humanos) y con actores profesionales que acuden con sus mascotas.