Investigación científica
Duelo entre abejas por las flores del melón
Entre las 20.000 especies de abejas que existen, la más conocida es la de la miel (Apis mellifera). En numerosos países, este insecto es el principal polinizador de las flores del melón, pero en la península ibérica la situación cambia. Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revela que, en un área de cultivo de melones de Ciudad Real, las flores de esta fruta fueron visitadas por 31 especies de abejas diferentes.
“Cuatro de ellas, pertenecientes a la familia Halictidae, resultaron dominantes y fueron las más constantes”, explica Concepción Ornosa, profesora e investigadora del departamento de Zoología y Antropología Física de la UCM y una de las autoras del trabajo, publicado en Entomological Science.
La abeja de la miel también transportaba el polen de las flores, pero en mucha menor medida, junto a otras cuatro especies de la familia Halictidae, conformando un grupo más accesorio.
La recogida de las muestras se hizo en dos períodos de tiempo, durante los meses de primavera y verano de 2011 y 2012. “Había que adaptarse al período de floración del melón y a los ciclos de vida de los polinizadores”, destaca Ornosa.
Los científicos recolectaron y estudiaron los insectos en el laboratorio. Para ello utilizaron dos métodos: muestreo con manga entomológica a largo de franjas del cultivo y muestreo indirecto con diferentes tipos de trampas.
Declive de la población
El área analizada de “El Chaparrillo” contaba con 232 plantas de melón, distribuidas en 29 hileras. Los resultados revelaron que más del 70% de las abejas polinizadoras pertenecían al género Lasioglossum, unos insectos de pequeño tamaño. Entre estas especies, la principal polinizadora fue L. malachurum, que tiene hábitos sociales y vive en colonias.
Los investigadores, entre los que se encuentran científicos de la Universidad de Valencia y del Instituto de Ciencias Ambientales de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha, alertan del declive general de la población de abejas y de las consecuencias que tiene para la polinización de cultivos, un proceso clave para el desarrollo de semillas y frutos.
“Todas las abejas no parecen verse afectadas del mismo modo y podría pensarse que las especies menos vulnerables podrían suplir en la función polinizadora a las demás, lo que probablemente funcionaría solo en algunos casos”, advierte la científica.
Según los investigadores, es un error pensar que si desaparecen unas especies podríamos apostar por otras, sin tener en cuenta las interrelaciones que se dan entre ellas y respecto al entorno.
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