La Paz

Los nuevos retos del desarrollo sostenible

Conocer el terreno y saber si hay demanda de sus servicios es clave, explican en el Instituto de la Ingeniería de España

As Pontes (La Coruña), cuya zona minera fue restaurada por Endesa, que recibió por ello varios reconocimientos
As Pontes (La Coruña), cuya zona minera fue restaurada por Endesa, que recibió por ello varios reconocimientoslarazon

Emprendedores jóvenes del ámbito de la ingeniería y el desarrollo sostenible han contado en la sede del Instituto de la Ingeniería de España sus proyectos y sus experiencias, coincidiendo en la importancia de conocer bien el terreno para saber si el producto que se está dispuesto a ofrecer tiene demanda.

La jornada, según informa el Instituto en su web, estuvo presidida por María Jesús Rodríguez de Sancho, presidenta del mismo, que resaltó que «se están redefiniendo los objetivos de desarrollo sostenible» a nivel internacional, entre los cuales estará la inclusión de las pequeñas empresas en el crecimiento y facilitarles un mejor acceso a la financiación. «Queremos que las pequeñas empresas compartan sus experiencias, y es posible que establezcan nuevos contactos», informa Tendencias 21.

Domingo Gómez Orea, vocal del Comité, dio paso a cada uno de los ponentes, en primer lugar a Ana Méndez, responsable de Comunicación y Ventas de Creando Redes, una empresa que se dedica a restaurar de manera sostenible entornos afectados por actividades humanas, como minas, «buscando las formas geomorfólogicas naturales».

Méndez afirmó que las soluciones actuales «no cumplen los objetivos y generan unos costes permanentes, de mantenimiento», lo cual genera incertidumbre. Su empresa, en cambio, ofrece métodos «científicamente comprobados» y perdurables.

La empresa surgió en la universidad. «Estudiábamos la restauración sostenible y había empresas que colaboraban con la universidad en el tema, pero que no lo aplicaban al margen de esa colaboración. No entendíamos qué faltaba», recordó. Creando Redes tiene menos de un año, «y no se ha constituido hasta que no hemos tenido un cliente».

La emprendedora -son cinco socios- contó que una de las primeras cosas que hicieron fue organizar un foro con directivos de empresas, expertos y responsables de la administración que pudieran estar interesados en su trabajo. «Se han dado cuenta de que con plantar no basta, no se estabiliza el terreno». En el foro comprobaron que había una necesidad «de nuevos métodos que se ajustaran a los requisitos administrativos», así como «de mejorar la imagen corporativa».

Sin embargo, aún debe haber, reconoció Méndez, «un cambio en las empresas, para que integren la restauración ecológica, y que en las administraciones se incluya como obligatoria. Ya se está empezando a cambiar alguna legislación».

Creando Redes, nacida en la Universidad Complutense de Madrid, en la que ganaron un concurso de empresas, ofrece «consultoría -que reduce los costes y mejora la competitividad-, formación -cursos online, visitas a casos de éxito- y eventos».

Méndez comentó que las producciones cinematográficas son un posible nicho de mercado. «Estamos organizando un evento sectorial. Sólo con el transporte y los decorados, los terrenos quedan muy degradados, y las productoras están muy interesadas en mitigar esos daños». En el próximo foro multisectorial, por otro lado, pretenden «generar propuestas, documentos que puedan llegar a los gobiernos, etc.»

Co-working

Alejandro Gómez Villarino, director ejecutivo «y único empleado», como él mismo afirmó, de Ecoworking, explicó su proyecto de co-working (espacio de trabajo compartido por autónomos o micro-empresas), orientado al mundo ecológico y sostenible.

«Compartir no es fácil», reconoció. «Desde pequeños queremos los juguetes para nosotros solos. Pero con el tiempo te das cuenta de que compartiendo ganamos todos». En su espacio conviven 40 personas, que cuentan con servicios básicos (conexión a internet) y asesoramiento para formar una empresa, por ejemplo.

«Unos ayudan a los otros. Los informáticos están hartos», bromeó. Además, unos se convierten en clientes de otros. También se organizan eventos, y últimamente están impartiéndose cursos.

«No me considero emprendedor, es que me gusta hacer cosas», bromeó. Al principio tuvo que invertir 10 mil euros para acondicionar el local, pero «desde el primer día» empezó a ingresar. Gómez Villarino compagina Ecoworking con su trabajo como consultor ambiental.

Un negocio más clásico es el que presentó Jorge Bardisa, socio de IngeNature, empresa de ingeniería civil y ambiental que trabaja en América Latina y España. «Somos tres ingenieros y yo, que soy de empresariales y márketing», matizó.

Bardisa creía que Sudamérica ofrecía posibilidades para ofrecer ciertos servicios, pero no tenía la formación. Luego conoció a sus compañeros, organizaron unas jornadas en Bolivia y se sorprendieron del interés que mostraban por su trabajo.

El objetivo de IngeNature es «crear una red de profesionales en otros países, y crear equipos locales, que desarrollen una ingeniería centrada en el medio ambiente». El agua es una de sus principales ocupaciones. «En Latinoamérica tienen muchos problemas de autoabastecimiento. Atacan el problema en el momento, pero no tienen planificación».

IngeNature se está centrando en zonas rurales y poco pobladas, donde las grandes empresas no suelen estar. «Hablamos de pueblos de 7.000 habitantes que llevan 30 años ahorrando para llevar agua potable a su zona. La llevan en camiones cisterna y la ponen en cubas, pero al día siguiente ya está contaminada».

La ingeniería ambiental es otro de sus focos de atención. «En noviembre nos reuniremos en La Paz (Bolivia) con las industrias locales para poner solución a los vertidos que echan a los ríos. Tienen una conciencia ambiental forzada -les han empezado a multar-». La tercera pata de su empresa son las infraestructuras, en las que suelen aplicar «soluciones modulares», incluso para «casas de lujo».

Bardisa recomienda dejarse asesorar para la parte burocrática, «que no es difícil, pero es pesada, más en un país como España que está en la parte baja del ránking de facilidad para hacer negocios». También recomendó montar una empresa en plena crisis, «porque cuando salgamos de ella ya tendrás el trabajo hecho de que te conozcan».

Sobre la financiación, recomendó «poner el dinero que tengas», o si acaso recurrir a los FFF, «family, friends and fools» (familia, amigos y locos) para que te presten el dinero. «Acabamos arrastrándonos de entidad en entidad, y el que quiere te informa y el que no te engaña».

Conocer las peculiaridades de cada país, como los requisitos legales (»en Brasil te exigen que el 51% de la propiedad de tu empresa sea local»), o de la forma de hablar (»a veces un «no» significa «hablamos dentro de tres semanas»), son otros de los desafíos a los que se han ido enfrentando al desarrollar la empresa. Sus objetivos, ahora, son «hacer contratos fijos a gente que tenemos de colaboradores», «aprender ingeniería en mi caso particular», y «sobre todo, disfrutar con la empresa. Pasas momentos muy malos pero te lo pasas bien».

Mapas interactivos

En otro nivel juegan ya los mapas interactivos de CartoDB, que acaba de conseguir 8 millones de dólares en financiación. Su director de operaciones, Miguel Arias, explicó qué es lo que hace su empresa: «Hacemos mapas para que la gente entienda el valor de los datos». En otras palabras, son «el Excel de los mapas».

Entre sus clientes destaca Twitter, que utiliza los datos geolocalizados para mostrar en mapas espacio-temporales cómo evoluciona un determinado trending topic, como el Ice Bucket Challenge.

Otros clientes, como entidades financieras, los utilizan para medir la «temperatura financiera de la ciudad»: uso de tarjetas, extracción de dinero de cajeros, etc. «En algunos casos hay calles que se eliminan del mapa porque son problemáticas, puesto que a altas horas de la noche se saca mucho dinero de sus cajeros». Estos datos de actividad económica pueden servir para estudios de mercado, y decidir dónde abrir una tienda, por ejemplo.

Los mapas de CartoDB también sirven para observar cambios bruscos en el mapa forestal. Global Forest Watch, de la NASA y Google, en colaboración con CartoDB, muestra la situación de los bosques terrestres. «En una ocasión se observó una deforestación brutal, que luego se comprobó que se debía a la construcción de una presa ilegal. Ayuda a ver cosas en zonas de difícil acceso», explicó Arias. También trabajan con la ONU, Deloitte, el Wall Street Journal, The Guardian, National Geographic y la Universidad de Harvard University, entre otros.

«La clave es q los datos estén georeferenciados», explicó Arias, que puso como ejemplo un mapa de los edificios vacíos de Baltimore -la ciudad de la serie The Wire-, integrado con uno de los crímenes cometidos en la ciudad: la coincidencia era casi total.

CartoDB tiene ya 7 años de historia, con oficinas en Madrid y Nueva York, en las que trabajan 30 personas. Según Arias, ellos decidieron ir a por la «mantequilla dura», es decir, Estados Unidos y el mundo occidental. «Mi consejo es que si tenéis una tecnología única en el mundo, vayáis a la mantequilla dura. Si es fácilmente replicable, id a lamantequilla blanda, es decir, Latinoamérica, donde si vais pronto podréis haceros un hueco de mercado antes de que lleguen los estadounidenses y os copien».

A juicio de Arias, para que empresas como la suya puedan competir con gigantes como Google Maps, la única opción es «abrir el código. Cuanta más gente pequeñita nos juntemos, más fuertes seremos. A toda la gente que quiera un mapa, la ayudamos». Y cerró su ponencia valorando el «talento español», y la importancia de «creernos que somos capaces de competir en la Champions».

‘Business angel’

De otra generación es Jaime Cavero, socio fundador de Dyrecto Consultores, especializada en obtener financiación, ayudas y subvenciones a empresas. Además, es un vehículo de inversión para participar en start-up de nueva creación.

Cavero, ingeniero industrial, contó que dejó en su momento un trabajo fijo en Elecnor para crear Gestboes, que organizaba la información publicada en los 64 boletines oficiales del Estado sobre concursos para empresas. «Cuando la monté no había Internet, tenía que ir a comprar los boletines al quinto pino», recuerda. «Ordenábamos la información y la enviábamos por fax. Cuando apareció Internet pensaba que duraríamos dos días, pero cuando la estrategia está bien diseñada, dura».

Aunque reconoció que ha tenido unos cuantos fracasos, Cavero prefiere hablar de las empresas que le han ido bien. A su juicio, lo fundamental es «detectar que haya clientes dispuestos a pagar» por el producto que se les va a ofrecer. «En cuanto tengáis una idea, id a testarla», recomendó.

«A los ingenieros nos suele dar pereza ir a hablar del producto. Que no os ocurra como a aquel que veía un gran mercado de zapatos en Etiopía porque la gente iba descalza. O aquel que quería vender aire acondicionado -luego acabó montando un bar-». Y recordó el ejemplo de Olivetti, que quiso testar si había mercado para una máquina que escribiera al dictado, para lo cual ni siquiera investigó en tecnología: pusieron una cortina y a una persona tecleando lo que iba dictando el potencial cliente, que luego dijo no sentirse a gusto con el producto.

Como business angel, explicó, lo que busca en una empresa es que haya «capacidades comerciales, de gestión y tecnológicas. Los ingenieros tenemos mucho de esto». Sobre la burocracia, recomendó darle «un enfoque positivo. Son 8 o 9 pasos aburridos, pero el que no es capaz de darlos es que no tiene madera de emprendedor. Tomáoslo como una prueba».

En el lanzamiento de nuevas empresas Cavero recomienda el método Lean Startup. «Al principio hay que gastar poco. El modelo es Steve Jobs en su garaje. Luego, es importante fracasar rápido: Ver la cara del cliente, ver si paga. Mejor recurrir al dinero del cliente que al de amigos o familiares. En ninguna de las empresas que he montado he buscado financiación externa. Siempre es mejor la autofinanciación que los préstamos o las subvenciones.»

En ese sentido, «los fondos que ponen los socios son importantísimos. Los emprendedores no podéis pedir dinero si no lo ponéis vosotros». En todo caso, «lo mejor para una start-up es que no tenga dinero. En Tel Aviv no tienen agua, pero sí una tecnología fabulosa, y dicen que cuando falta agua, la raíz de la planta crece adonde haya una gotita, y crece tanto que la planta se hace robusta y fuerte.»

Luego detalló las distintas fases de la creación de una empresa. «Al principio se pierde dinero. Como mucho, puedes convencer a tu entorno más cercano y pedirles un préstamo: no les deis una participación en la empresa. Si la cosa sale mal, les devolvéis el dinero. Un familiar o un amigo valen más que una nueva empresa».

Cuando se empieza a recuperar dinero, se pueden buscar business angels, que aporten entre 25 y 100 mil euros. «Es importante que les digáis a los business angels que pueden deducirse un 20% de lo que aportan realizando un trámite», resaltó.

Cuando la empresa ya tiene fondos propios, se puede acudir a líneas de crédito públicas, que igualan los fondos propios. Luego están las ayudas europeas, «que funcionan en periodos de siete años y que en este nuevo tramo van a apostar más por la innovación y el medio ambiente y menos por las infraestructuras». Europa también ha lanzado programas dirigidos a las pequeñas empresas, como Cosme. «Están bajando las subvenciones y aumentando los préstamos».

Luego llega el capital riesgo, nivel en el que está CartoDB (millones de euros). «Ahí ya puedo ir al banco. Además, Europa va a sacar pronto instrumentos que cubren parte del riesgo del banco. Otras opciones son el shadow banking, es decir, entidades que no tienen que ajustarse a los estrictos criterios de Basiela porque no juegan con ahorros de particulares».

En la web de Dyrecto, resaltó, se pueden consultar todas las ayudas que hay. «Sólo cobramos cuando le conseguimos financiación a alguien».

La inversión

En el turno de preguntas, Cavero explicó que los business angels suelen ser «emprendedores o profesionales que han hecho unos ahorrillos y que con el 15% de lo ahorrado invierten en nuevas empresas. La finalidad es social y lucrativa. De 10 empresas en las que se invierte, sólo 2 salen adelante, pero multiplicas por 10 lo que has puesto, por lo que al final te sale rentable.»

Cavero y Arias coincidieron en la importancia de conocer el sector en el que se va a invertir. «No es llegar y poner 100 mil euros. Yo empece con Business Booster, que me enseñaron, luego he dado varios cursos, y tras dos o tres años algo sé», señaló Cavero.

Arias, por su parte, descartó que esto sea para «personas que invierten en preferentes», como preguntaron desde el público. «Hay que tener al menos un millón de patrimonio. Yo llevo cuatro años como business angel y en España es un hobby muy caro». Cavero recordó que la idea del business angel es que un fondo de capital riesgo le compre la participación en tres años.

Por último, Cavero sugirió que el IIE cree una red de ingenieros veteranos, con ahorros, «que una vez al mes escuchen a cuatro o cinco empresas, y que si deciden invertir en alguna, pongan unos 10 mil euros cada uno». Él está en tres redes así y asesora a otras dos. En el proceso se preseleccionan un 5% de los proyectos que llegan, que son los que se presentan a los business angels, y finalmente sólo sale adelante el 1%.

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