La opinión de Antonio Pelayo
Niños, perros y gatos
Los hogares se llenan de objetos y se vacían de niños convirtiéndose en lugares muy tristes
Hoy, los hogares se llenan de objetos y se vacían de niños, convirtiéndose en lugares muy tristes. No faltan perritos, gatos…Estos no faltan. Faltan niños». Esta frase la pronunció el viernes el Papa Francisco en su discurso ante los Estados Generales de la Natalidad celebrados en Roma y recoge una de las mayores preocupaciones de Bergoglio: el llamado «invierno demográfico», resultado de la enorme crisis de nacimientos en algunos países occidentales, especialmente en Europa que se está convirtiendo cada vez más en un «viejo continente», cansado y resignado. No olvidemos que España con Italia se sitúan en los últimos puestos en lo que se refiere al número de bebés que nacen cada año.
El Santo Padre denunció el materialismo y el consumismo como el origen de este preocupante fenómeno y atacó los numerosos estudios y teorías maltusianas que señalan la natalidad como la raíz de tantos desequilibrios en el planeta. «El problema del mundo –dijo– no es que nazcan niños porque ellos no son la causa de la contaminación, del hambre, de los desequilibrios económicos o de la falta de recursos alimenticios».
Después exhortó a cambiar este rumbo declinante y destacó el siguiente dato: «Ahora mismo las inversiones que producen más ingresos son las fábricas de armas y la venta de productos anticonceptivos. Las primeras destruyen vidas humanas y los segundos impiden la vida».
Para Francisco, los gobiernos tienen la obligación de favorecer a la familia y, como ejemplo, subrayó que «debemos poner a una madre en la condición de no tener que elegir entre el trabajo de sus hijos».
Hay que frenar, pues, esta «hemorragia de la vida» y pasar del «invierno demográfico» a una primavera de la vida. «La vida -remató- es un don, no un problema». Palabra de Francisco.
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