El nivel de los embalses, en su peor cifra desde hace 28 años

La situación de las reservas de agua en España ha vuelto a empeorar después de que la cifra haya descendido debido a la ausencia de precipitaciones. Así, según los datos dados a conocer por el Ministerio para la Transición Ecológica, la cantidad de agua embalsada ha descendido en la última semana hasta un 48,9% del total, con lo que ya encadena cinco semanas continuadas de bajadas y se sitúa como el peor dato registrado en nuestro país casi 30 años. Para encontrar una cifra igual de baja hay que remontarse al año 1995, cuando las reservas se situaron en el 40,37%.

La cantidad de agua almacenada ha caído asimismo respecto a la misma semana de 2022, cuando ésta era del 50,7%, y respecto a la media de los últimos diez años, que supera el 68%.

En este momento los embalses almacenan 27.417 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone 406 litros menos que la semana pasada (el 0,7% de su capacidad total), según indicó el departamento que dirige Teresa Rivera.

Del volumen actual, el agua destinada a uso consuntivo (es decir, para el consumo humano y el riego) está al 41,38% de su capacidad (de un total de 38.663 hectómetros de agua). Por su parte, la de uso hidroeléctrico está al 67,94% de su capacidad, informa Ep.

En los últimos siete días las precipitaciones cayeron sobre todo en la vertiente Atlántica, y fueron escasas en el Mediterráneo. Las máximas se produjeron en la ciudad de Vigo, con 44,6 litros por metro cuadrado.

Por zonas, las reservas se encuentran al 80,8% en el Cantábrico Oriental; al 82,2% en el Cantábrico Occidental; al 74,9% en Miño-Sil; al 84,5% en Galicia Costa; al 76,2% de las cuencas internas del País Vasco; al 67,2%, el Duero; al 60%, el Tajo; el 59,5, el Júcar; al Ebro; al 51,2%.

No obstante, hay cuencas donde la situación es especialmente preocupante, porque sus niveles de agua están muy por debajo de la mitad de su capacidad total. Así, este hecho sucede en la del Guadiana, que está al 32,9% por ciento; la del Guadalete-Barbate, al 26,8%; Guadalquivir al 24,4%; la cuenca Mediterránea Andaluza al 35,2%; Segura al 33,9% y las cuencas internas de Cataluña, al 25,6%.

En lo que llevamos de año, las cifras sitúan a 2023 como el quinto con menos agua embalsada desde que se tienen registros. En la semana 19 de 1994 las cifras eran parecidas a las actuales, ya que estaban al 48,39% de su capacidad; un año antes, en 1993, estaban al 44,58%. Mientras tanto, en 1992 eran del 48,48% de su capacidad total. Esos cuatro años, del 92 al 95, son en los que se registró menos agua reservada desde que se tienen datos.

"Pacto europeo del agua"

Ante la escasez de agua actual, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha apostado por incluir en la agenda europea «el problema» de la sequía y del agua que está sufriendo buena parte de los territorios europeos. A su entender, sería «útil» tener un «pacto europeo del agua» para no sólo destinar fondos a ello, sino tener una política hidráulica «similar en todos los países de la Unión que trascienda territorios concretos o políticas locales».

En este sentido, ha defendido que el Gobierno «acelere las infraestructuras hidráulicas de interés general» y que se utilicen fondos «Next Generation» para políticas hídricas, así como para activar la política de regadíos en España con aguas residuales depuradas.

Además, el presidente del PP hizo hincapié en un pacto nacional del agua que pase por considerar las infraestructuras hídricas una prioridad y que cree una autoridad nacional del agua, entre otras cuestiones.

"Meses muy complicados"

En este escenario, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lo ha hecho «muy bien», en relación a la gestión de la sequía, y que trabajarán para mantener el caudal ecológico del río, informa Efe.

En una entrevista en TV3, Ribera ha subrayado que vienen «unos meses muy complicados», en los que la prioridad es «el agua de boca», aunque ha afirmado que se trabajará para dar cobertura a los agricultores afectados también por la ausencia de lluvias.

La ministra ha aseverado que «no tiene sentido» buscar «el chivo expiatorio» ni pensar «qué se podía haber hecho diferente», pues «es un desperdicio de energía».

«Seguro que todos podemos hacer mejor las cosas. Yo creo que la Confederación Hidrográfica del Ebro lo ha hecho muy bien», ha afirmado la ministra, quien añadió que ha tenido que tomar decisiones «difíciles».