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Medio Ambiente

La nueva sede del Guggenheim amenaza la reserva de Urdaibai

Vecinos y ecologistas denuncian que destruirá una zona protegida por la Unesco pero el Miteco ya ha modificado la Ley de Costas para permitir su instalación

Antigua fábrica cubertera donde se va a construir una de las dos nuevas sedes Greenpeace

Los impulsores del proyecto prometen que se va a llevar a cabo «de forma sostenible y comprometida con el entorno» pero parece que la premisa no convence a los vecinos de la zona, que temen que el cemento para construirlo y las riadas de turistas que llegarán (se prevén 144.000 al año) estropee el idílico paraje. Hablamos de la reserva de Urdaibai, que con sus 22.000 hectáreas es la única Reserva de la Biosfera de todo el País Vasco. Aunque suene increíble es justo aquí donde la Fundación Guggenheim pretende llevar a cabo la ampliación del icónico museo de Bilbao. El proyecto, que aún no se ha hecho público de forma oficial, cuenta con el apoyo del Gobierno vasco y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que ya han modificado la normativa vigente para que se pueda empezar a construir.Según ha denunciado Greenpeace, la cartera que dirige Sara Aagesen ha reducido de 100 a 20 metros la ley de costas precisamente en esta zona.

La ampliación constaría de dos áreas: una en Guernica, donde estaba situada la fábrica de la cubertera Dalia, y otra en Murueta, donde actualmente hay un astillero. «Curiosamente», subrayan desde Greenpeace, ya hay un convenio con la Diputación de Vizcaya «que dota de 40 millones de euros para la recuperación del suelo en el astillero». La portavoz de la plataforma ecologista en el País Vasco, Lorea Flores, sostiene que, ambas «subsedes» del museo estarían unidas por una especie de «senda verde» de 6 kilómetros sobre una plataforma de los que 4 kilómetros se acaban de acondicionar como vía verde. Pero no solo habrá una pasarela para caminantes o ciclistas, también tienen que acondicionar un método de transporte para movilidad reducida, como un ferrocarril. «Nos dicen que han puesto en marcha un proceso de escucha pública, que aún no hay nada oficial pero lo que vemos es que ya se están dando todos los pasos para llevarlo a cabo y aquí no se puede hacer porque es un espacio protegido», sostiene Flores.

La idea de la Fundación Guggenheim es desarrollar aquí un nuevo espacio «cultural, expositivo y educativo» del museo con un «modelo innovador que integraría producción artística, ecología y tecnología, conectividad social e investigación». Pero los vecinos de la comarca de Busturialdea, que abarca una veintena de municipios y unos 45.000 vecinos, creen que tanto la construcción de los dos espacios como la marea de turistas que se espera que lo visiten, destruirá una zona con un alto valor ecológico, con flora y fauna especialmente protegida, además del humedal.

El estuario de la Urdaibai fue el primer humedal del País Vasco incluido en la Lista Ramsar como humedal de importancia internacional, en 1993. Es decir, que no es una zona verde cualquiera. «Es un espacio protegido a nivel europeo y nos preocupa que la pasarela que conecta Guernica con Murueta está justo ahí, en la zona más vulnerable», explica Flores, que recuerda la importancia de este humedal para las aves migratorias, donde descansan y anidan y el impacto que tiene en ellas el ruido. Y es precisamente aquí donde el Miteco va a reducir la prohibición de la Ley de Costas de construir a menos de 100 metros del mar, según Greenpeace. «Muchas están en peligro de extinción o son vulnerables porque se habían empezado a recuperar, como el ave toro o la espátula común, el símbolo de la zona».

Astilleros donde se va a construir una de las dos sedesGreenpeace

Y es que ya hay varios informes que señalan que la gran presión turística en la zona está complicando la recuperación de algunas especies. Y, como siempre ocurre con este tipo de proyectos que alteran el ecosistema de una zona (ocurre también con las plantas de generación de energía eólica) pretenden «comprar» a los vecinos de la zona con la creación de puestos de trabajo. «Ya sabemos que este tipo de empleo suele ser precario y de temporada, algo que no solucionaría el problema de la juventud de la zona», explica la portavoz de Greenpeace.

También hablan del impacto que tendría a nivel de movilidad, en una zona con poco transporte público, lo que supondría generar aún más tráfico en unas carreteras ya saturadas y con atascos kilométricos en los meses de verano. En definitiva: mucha más gente, más ruido, más coches y, por tanto, más contaminación parece justo lo contrario a lo que «pide» una zona de alto valor ecológico protegida por la Unesco.

Humedal de UrdaibaiGreenpeace

«Hemos presentado varios recursos con la intención de parar el proyecto pero siempre nos dicen que todavía no hay nada concreto diseñado. Ahora están en un proceso de escucha para saber qué opina la población local al respecto pero todo el mundo piensa que va a tener un impacto ecológico muy negativo», zanja Flores.