Inmigración

Open Arms

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Es inaplazable que la UE y los estados se tomen en serio el fenómeno de las ONG que se dedican, presuntamente, a salvar vidas humanas en el Mediterráneo.

La realidad es mucho más prosaica y menos humanitaria de lo que afirman: estas organizaciones no realizan salvamento marítimo alguno. Lo que hacen es tomar el relevo en el transporte de las personas que las mafias dejan a su suerte fuera de las aguas jurisdiccionales de embarque. De este modo, actúan como cooperadores necesarios de los traficantes de vidas humanas.

No hay solución adecuada al complejo fenómeno de la inmigración irregular marítima, y en especial los refugiados, si lisa y llanamente estas presuntas organizaciones humanitarias no son puestas fuera de la circulación por los estados.

Dejémonos de buenismo y populismo a costa de la vida y dignidad de tantas personas que necesitan ayuda y solidaridad efectivas, y no eslóganes vacuos. Potenciemos una verdadera cooperación con los países de origen y tránsito, ayudemos a su desarrollo con un auténtico Plan Marshall para África, e intensifiquemos la cooperación bilateral con los países fronterizos y ribereños. Otra cosa es el cinismo europeo que, ante la carencia de natalidad, requiere de mano de obra barata. Hablaremos de ello.

España tiene una experiencia reconocida en esta materia, y nuestra relación con Marruecos es decisiva a estos efectos. El espectáculo del «Aquarius» no puede volver a repetirse. De aquellos vientos, tenemos ahora los «Open Arms» de turno.