Parir en casa: si el bebé muere, los padres pueden ser acusados de homicidio imprudente

Un parto negligente sin que se haya procurado la atención profesional adecuada, puede también tener consecuencias legales para la parturienta

Silvia dio a luz a su hija Estrella en casa. Tomó esta decisión tras un primer parto hospitalario, una experiencia de la que guarda malos recuerdos: "Me provocaron contracciones con oxitocina porque no dilataba. Pasé casi dos días para dar a luz...", relata. Como ella, unas 800 madres al año en España programan el nacimiento de sus bebés en el domicilio familiar. Silvia nos cuenta algo de lo positivo: "Estas en tu ambiente, no hay miedo ni presión...".

Las matronas que trabajan a domicilio señalan que sólo atienden aquellos casos en los que se acredite un seguimiento médico adecuado del embarazo y no haya complicaciones previas al parto, unos términos que se fijan por contrato. "No atendemos partos podálicos, ni gemelares. Si hay alguna enfermedad en el bebé o en la madre tampoco lo atenderíamos...", dice Marta Bernárdez, matrona.

Los detractores del parto domiciliario sostienen que hasta 24 horas después del alumbramiento no existen garantías de que todo vaya bien.

Desde la sanidad pública se alerta del peligro de la banalización del parto y de las corrientes pseudocientíficas. El pediatra Carlos Príncipe, es totalmente contrario. "Estos partos que se hacen a domicilio, ideologizados, con doulas, es decir, asistentes no preparados, son un vulgar robo y una estafa; las posibilidades de muerte para el niño o de sufrimiento fetal para el niños pueden ser hasta diez veces la de un parto terapéutico", explica.

Además de consecuencias físicas, un parto negligente sin que se haya procurado la atención profesional adecuada, puede también tener consecuencias legales para la parturienta e, incluso, para su acompañante. "Puede constituir un delito de homicidio imprudente, castigado con penas de un año a cinco años de prisión", nos asegura el abogado José Ramón Sierra.

Dar a luz en casa es una opción minoritaria en nuestro país, que representa entre el 1 y el 2% de los nacimientos. En otros países este porcentaje aumenta hasta el 30%. Es el caso de Holanda, que tiene la tercera mayor tasa de mortalidad perinatal de toda Europa.