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Un pediatra de alto prestigio señala el error que no debes cometer con tus hijos si quieres que coman bien

Carlos González, conocido por su enfoque respetuoso y positivo en la crianza, desvela en qué suelen equivocarse los padres

Un pediatra de alto prestigio señala el error que no debes cometer con tus hijos si quieres que coman bien
Un pediatra de alto prestigio señala el error que no debes cometer con tus hijos si quieres que coman bienFreepik

La relación entre padres e hijos en torno a la comida es compleja y está influenciada por factores emocionales, sociales y físicos. Esta relación no solo involucra la elección de lo que se come, sino también los hábitos, valores y actitudes que se transmiten de generación en generación. La comunicación abierta, la paciencia y el ejemplo son claves para manejar estos conflictos.

El reconocido pediatra Carlos González ha alertado sobre un error común que muchos padres cometen al intentar que sus hijos coman en el colegio. "No cometas el error de decir: Por favor, haz que mi hijo coma", asegura destacando que esto puede desencadenar consecuencias negativas para los pequeños.

¿Por qué mi hijo no tiene hambre?

El crecimiento entre los 1 y 5 años es más lento y necesitan menos calorías. Al parecer tienen menos apetito (esto se llama «anorexia fisiológica»). La cantidad que un niño decide comer es controlada por el centro del apetito localizado en su cerebro.

Muchos padres tratan de obligar a su hijo a comer más de lo que necesita, porque temen que la falta de apetito del niño pueda afectar a su salud o causar una deficiencia nutricional.

Si el pediatra que controla al niño no observa ningún problema en el desarrollo del niño no hay que forzarlo a comer ya que podría producir sentimientos negativos hacia la comida.

¿Qué debo hacer si mi hijo no quiere comer?

Según explica el experto, muchos padres al ver que sus hijos no quieren comer, optan por dejarlos en el comedor del colegio con la esperanza de que allí sí lo hagan. Sin embargo, "esta estrategia suele ser contraproducente", especialmente si la monitora se centra en ese niño porque su madre o padre lo ha pedido expresamente.

Carlos González señala que "esta presión extra puede intensificar el problema, ya que el niño, en lugar de sentirse relajado, se siente observado y presionado", dificultando así una relación natural con la comida. El pediatra además hace referencia a situaciones preocupantes que ha visto en comedores escolares en España, donde algunos niños han sido ridiculizados o castigados por no querer comer. Desde ser enviados a una clase de menores hasta quedarse sentados mientras sus compañeros disfrutan del recreo.

El verdadero motivo por el que muchos niños sí comen en el colegio es porque "les dejan en paz". Esto contrasta con el ambiente que algunos padres intentan imponer indirectamente al pedir ayuda a las monitoras para que sus hijos coman.

Carlos González recomienda que los padres confíen en que sus hijos desarrollarán su relación con la comida de manera natural. El consejo del pediatra es claro y contundente: cuanto menos se fuerce a los niños, más natural será su interés por la comida.

Mi hijo no come, ¿estará enfermo?

Estos son algunos de los signos o síntomas que pueden presentarse cuando efectivamente hay un trastorno y deben acudir al médico:

  • Siente dolor al tragar.
  • No come nada, ni siquiera lo que más le gusta.
  • Tiene dolor o hinchazón de abdomen, o dolores articulares.
  • Le da tos, se asfixia mientras está comiendo, o vomita cada que come.
  • Tiene diarrea más de 10 veces al día o deposiciones con sangre.
  • Su llanto es sin lágrimas y además tiene los ojos hundidos y la boca seca.
  • Tiene delgadez extrema, manos y pies hinchados, piel seca y cabello quebradizo.
  • Hay llagas, inflamación de los ángulos de los bordes de labios (queilitis) o aparición de brote en la piel.
  • Come tierra o cemento de las paredes con frecuencia.
  • Hay cambios en la conducta o en el rendimiento escolar.