Reconoce ante el juez que zarandeó a su sobrino hasta matarlo porque "lloraba mucho"

Un joven acusado de matar a su sobrino de 18 meses ha admitido este lunes en el juicio que zarandeó con fuerza al pequeño porque "lloraba mucho", si bien ha señalado que se cayó del sofá después de que lo dejara apoyado tras desmayarse. Así lo ha señalado Michael, de 20 años, durante su declaración en el juicio que ha arrancado en la Audiencia de Madrid. Se enfrenta a 19 años de cárcel por un delito de asesinato. En el alegato previo del fiscal, éste ha destacado que las pruebas de ADN confirman que el acusado era el padre del bebé.

El abogado defensor ha solicitado su libre absolución, pero su cliente ha reconocido parte de los hechos sucedidos en la mañana del 12 de diciembre de 2012. En su declaración ante el tribunal, el chico ha contado que solía cuidar a los hijos de su hermana, dado que esta tenía un trabajo que no le dejaba apenas tiempo para estar a su cuidado. El día de los hechos acudió a casa de su hermana y se echó un rato

a dormir. Sin embargo, los niños empezaron a llorar. "Yo quería dormir. Pasaba una mala racha porque mis padres se separaron y solo podía yo cuidar a los niños. Quería sacarme los estudios y todo se me vino encima", ha relatado. Así, ha reconocido que cogió al más pequeño en brazos al no parar de llorar y lo zarandeó con fuerza. "En un momento paró de llorar y se desmayó. Lo dejé en el sofá y se cayo", ha mantenido el procesado. A preguntas del fiscal si en alguna ocasión había pegado a sus sobrinos, esté ha replicado que no. "¿Entonces porqué el mayor presentaba golpes?", le ha inquirido el fiscal.

Hechos juzgados

Según el fiscal, Michael convivía con su hermana y los dos hijos de ésta, un bebé de 18 meses de edad y un niño de dos años, de los que se ocupaba mientras su madre acudía a trabajar. El 12 de diciembre de 2012, el procesado, con ánimo de causarle la muerte, agredió al bebé agarrándole el rostro con la mano, mientras le presionaba con gran fuerza las mejillas. Además, le sacudía y zarandeaba la cabeza bruscamente con tal intensidad que le provocó diversas hemorragias meningoencefálicas por contragolpe en ambos hemisferios cerebrales, que fueron mortales de necesidad. Michael U.I. se encuentra privado de libertad por esta causa desde el 13 de diciembre de 2012, día en el que el bebé falleció en el hospital.