Salud

El emotivo reencuentro de la Reina Sofía con un antiguo empleado de Casa Real que padece ELA

Los investigadores han descubierto que pueden conocerse marcadores mediante el estudio de un análisis de sangre

El look con botines de la Reina Sofía.
La Reina Sofía esta mañana en su llegada al centro de VallecasGtres

Fue jefe del servicio de seguridad de la Casa Real durante 14 de los 30 años que estuvo ligado a la institución y ahora el reencuentro entre la Reina Doña Sofía y él ha sido muy emotivo por el contexto en el que se ha producido. Es el general de División Manuel Barrós, que pasó a la reserva hace ocho años (se despidió de su destino como General adjunto al jefe de la UME tras 42 años de servicio) y ahora padece ELA. El reencuentro, por tanto, ha sido en este escenario; concretamente en el Centro de Alzheimer Fundación Reina Sofía durante el acto celebrado esta mañana para presentar el proyecto que lleva el nombre precisamente de «Manolo Barrós». Al acto, entre otros, acudieron presentes el director científico de la Fundación CIEN, el doctor Pascual Sánchez Juan, que explicó los detalles de la investigación. Consiste en la «búsqueda de biomarcadores diagnósticos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en vesículas extracelulares».

El doctor Alfredo Ramírez y las doctoras Anja Schneider explicaron en profundidad la compleja investigación de biomarcadores de la ELA.

También lo hizo Minerva Martínez, del proyecto Ayuda Fundación Reina Sofía, que explicó cómo estudian el cerebro de los enfermos de Alzheimer antes y después de fallecer el paciente.

El director científico de la Fundación CIEN, el doctor Pascual Sánchez, recordó que «las enfermedades neurodegenerativas son para las que más cuesta encontrar tratamiento efectivos», ya que «el cerebro es el órgano más complejo» y son enfermedades que se asocian a la genética, pero también al ambiente. Con todo, celebró que en la ELA «se ha avanzado mucho» y ha recordado que ya se han encontrado «más de una docena de genes» relacionados con la enfermedad. Sobre el proyecto, hizo hincapié en que «con un análisis de sangre, como ya se hace con el Alzheimer en investigación, aún no en la clínica, se quiere detectar la enfermedad». «La metodología es distinta, es una proteína distinta, vamos a tener que mirar dentro de las vesículas, pero la idea es que sea una prueba fácil de hacer y relativamente económica», precisó.

También explicó que «la ELA más habitual es la esporádica», mientras que la genética, que afecta a gente más joven, «es muy rara», pues solo constituye el 20 por ciento de los casos.

Por su parte, el chileno Alfredo Ramírez explicó que la genética es determinante: el sexo, edad y también factores medioambientales o externos de dónde vivimos. «Todo influye en la ELA». Sin embargo, aclaró: la genética apunta a una probabilidad pero no el destino; es decir, que esos marcadores se puede luchar contra ellos si lleva un estilo de vida saludable y reside en lugares poco contaminados, practica deporte y sigue una dieta equilibrada. Es decir, todos los procesos fisiológicos influyen en los marcadores. Así, combinando la genética con los marcadores específicos se puede determinar el riesgo de una persona en estadios tempranos para poder aplicar tratamiento en enfermedades tempranas. Eso afectará a la velocidad del proceso degenerativo.

El proyecto está financiado por la Fundación Reina Sofía y será desarrollado por la Fundación CIEN del Instituto de Salud Carlos III, en colaboración con las universidades de Bonn y Colonia.

El acto finalizó con las emotivas palabras de Manolo Barrós, leídas por su hija Raquel, en las que expresó su agradecimiento y animó a otras instituciones públicas, a continuar la investigación sobre esta devastadora enfermedad, que actualmente padecen en nuestro país entre 4.000 y 5.000 enfermos de ELA. La esperanza de vida es inferior a los cinco años.