Informe de la Fundación Madrina

Repunte en España de la mortalidad infantil y materna

Desde la pandemia, la Fundación Madrina detalla cómo la peor sanidad para colectivos desfavorecidos y de inmigrantes ahonda el problema

Madres con niños en el servicio médico de Fundación Madrina. FUNDACIÓN MADRINA 04/04/2024
Madrina denuncia el repunte de la pobreza infantil y sanitariaFUNDACIÓN MADRINAEuropa Press

Desde el año 2020 hasta nuestros días se aprecia un grave repunte de la tasa de mortalidad infantil y materna en España debido a varios factores, principalmente ligada a la llegada de la pandemia, lo que provocó dificultades de acceso a la atención médica y seguimiento de las enfermedades crónicas, especialmente de niños y madres embarazadas.

El confinamiento que sufrió la población generó igualmente graves secuelas sociales, sanitarias y humanitarias que persisten actualmente, como un incremento significativo del deterioro de la salud mental de la población en general, y especialmente de los jóvenes, con aumentos graves de comportamientos suicidas.

Dentro de este contexto, los problemas de acceso a la sanidad pública de una inmensa mayoría de población migrante con exclusión administrativa, especialmente migración femenina con una elevada tasa de embarazos y niños, ha generado un aumento alarmante de la pobreza infantil en España, muy superior a la media europea, con un incremento del deterioro de la salud de la población materno infantil más vulnerable, recoge un informe de la Fundación Madrina.

En este contexto, esta organización advierte que es necesario garantizar el acceso universal a la atención médica, combatir la pobreza infantil con ayudas directas a la salud y a la nutrición materna infantil, e invertir mucho más en la promoción y prevención de la salud. Y es que las familias vulnerables con menores a cargo que viven en infraviviendas sin ventilación o con humedades, con menores y madres embarazadas que presentan una mayor vulnerabilidad a enfermedades y patologías ante cambios extremos de temperatura con un mayor riesgo de los menores a la deshidratación en verano, con pérdidas de hasta 2 kilos en 15 días, así como a infecciones respiratorias graves en invierno. Todo ello redunda en una bajada del rendimiento académico de los niños.

Igualmente, una mayor complicación del embarazo y el parto en la mujer genera en el menor neonato un mayor riesgo en la posibilidad de prematuridad, menor peso al nacer, y mayor riesgo de muerte fetal. Asimismo, en menores con algo de más edad, existe un mayor riesgo de obesidad, asma, y diabetes tipo 1. En menores adolescentes hay un mayor riesgo de problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad, o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Además de las enfermedades mencionadas anteriormente, la pobreza materna infantil y la falta de atención y seguimiento sanitario también pueden aumentar el riesgo de padecer defectos del tubo neural, parálisis cerebral, problemas de aprendizaje y generar un cierto retraso en el desarrollo madurativo del menor.

En paralelo, las madres vulnerables que carecen de una adecuada atención sanitaria y nutricional presentan mayor riesgo de debilidad, anemia y complicaciones durante el embarazo y el parto.

La pobreza materna infantil y la falta de atención y seguimiento sanitario son problemas graves con un impacto significativo en la salud de las madres y los niños. Por ello, es necesario tomar medidas urgentes para abordar estos problemas y mejorar la salud de las poblaciones más vulnerables.

Este crecimiento de la pobreza infantil y materna se agudiza por la falta de acceso a alimentos nutritivos y saludables; una más que probable falta de acceso a agua potable y a una correcta higiene; así como a una falta de cultura de acceso a la necesaria atención médica y de educación sobre salud.

Es importante destacar que estas enfermedades y problemas de salud no solo tienen un impacto negativo en la salud de las madres y los niños, sino que también pueden tener un impacto negativo en la economía y el desarrollo social de los países.

Desde su experiencia, la organización recomienda mejorar el acceso a la atención sanitaria, eliminando las barreras de entrada, esencial para garantizar la salud de los niños y las madres embarazadas, con exclusión sanitaria y administrativa. Debe también aumentarse el seguimiento obstétrico para mejorar la salud prenatal para detectar y tratar cualquier complicación que pueda surgir durante el embarazo, siendo fundamental para el desarrollo del niño. Una madre sana durante el embarazo tendrá más probabilidades de tener un bebé sano, por lo que se debe fortalecer los sistemas de salud y de seguimiento obstétrico.

La estimulación temprana ayuda a desarrollar las capacidades físicas, cognitivas y sociales del niño con una educación emocional que les ayude a aprender a gestionar sus emociones de forma saludable.

Otro punto fundamental es la vacunación completa para proteger a los niños de enfermedades graves, por lo que se debe promover y ampliar la vacunación infantil gratuita.

La alimentación debe ser sana y equilibrada invirtiendo en programas de mejora de la nutrición materna infantil, más sana y equilibrada para el desarrollo del niño y la madre en familias vulnerables.

Los domicilios deben estar provistos de elementos de lucha contra el calor y el frío extremo para evitar la deshidratación en menores o embarazadas vulnerables debido a calores intensos producidos por veranos extremos o bien prevenir enfermedades respiratorias crónicas o graves motivadas por fríos extremos en invierno junto a habitaciones llenas de humedad.

Es importante promover la salud mental de los niños y las madres embarazadas, tan importante como la salud física, para prevenir comportamientos autolíticos. También una buena higiene es esencial para prevenir la transmisión de enfermedades.

Por último, la actividad física regular es importante para la salud física y mental de los niños.