Opinión

No responder

No contestar a un mensaje es una moda extendidísima hoy en día, ni siquiera acusar recibo y decir lo siento, algo que podría hacerse casi de una manera automática

Paloma Pedrero
Paloma Pedrerolarazon

Como casi todos los estudios, el último publicado sobre este asunto, nos asegura lo que ya sabemos, que las personas tardan en responder a los mensajes porque padecen fatiga digital, añadiendo que dicha fatiga es un profundo cansancio derivado de la presión de estar siempre conectado y disponible; y que este retrasar las respuestas es una forma de protegerse del estrés constante que genera la hiperconectividad. Algo positivo, porque conlleva un autocuidarse, concluyen. Quizá sí, pero lo que conlleva seguro es no cuidar al otro, que vivirá con el desasosiego de saber si leíste su mail o no, si se ha extraviado, si contestará algún día o si le importas un pepino y lo ha eliminado. No responder es una moda extendidísima hoy en día, ni siquiera acusar recibo y decir lo siento, algo que podría hacerse casi de una manera automática. Pero no, dejamos que el tiempo haga mella en la memoria propia y del remitente y el olvido llene el vacío y la mala educación. Cierto es que con las redes abiertas al público es fácil que nos localicen y, sin piedad, nos pidan algunas cosas asombrosas, desde una cita erótica, hasta que le regales los derechos de autor por su cara bonita, alegando su admiración hacia tu pobre persona. Es cierto, además, que hay gente que se aburre y se dedica a la caza de infelices. Pero, queridos, los mensajes hay que saber descifrarlos, porque en este no responder en general puedes estar perjudicando a muchos y sus sueños. Incluso, puedes estar perdiéndote la posibilidad de una nueva y gran experiencia. Verdaderamente las maquinas nos han llevado ya a una enajenación controlada, creyendo, incluso, que a través de ellas nos cambiará la fortuna. ¿Cuántas veces no miramos los wasaps esperando la gran noticia, el mensaje amoroso, el proyecto salvador?

Así vamos, con el telefonito en vena. Sí, la contestación a un mensaje virtual puede esperar. La falta de respuesta permanente a un mensaje personal a un amigo, compañero o, incluso amable desconocido es siempre menosprecio y grosería.