
Funeral del Papa Francisco
Roma se acoraza para blindar la seguridad
El operativo incluye 4.000 policías y una zona de exclusión aérea que se extiende por toda la ciudad

Una Roma blindada se prepara para acoger una cumbre mundial de líderes internacionales que empezarán a llegar este viernes a Italia para despedir al Papa Francisco. Un desafío para el que la capital italiana desplegó un dispositivo de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado sin precedentes por tierra, aire e incluso agua.
El objetivo es poder garantizar la seguridad de una de las concentraciones más multitudinarias de su historia reciente. Es por eso que el país activó el «nivel 1» de alerta, el máximo en el sistema italiano (similar al de las cumbres internacionales como la del G7) y reforzó los servicios de inteligencia para prevenir atentados terroristas.
En concreto, el Ministerio del Interior anunció un operativo de seguridad que incluye 4.000 policías de diversas fuerzas: policía militar, policía de Estado y Guardia de Finanzas; francotiradores en puntos estratégicos; drones y vigilancia aérea proporcionadas por el Ejército; cazas militares en alerta ante posibles emergencias; unidades caninas y patrullas fluviales sobre el río Tiber; y una zona de exclusión aérea que alcanza toda la ciudad.
El operativo se intensificará a medida que avance la cuenta atrás al funeral, cuando llegarán las principales delegaciones internacionales. El sábado, para acceder a la plaza, los fieles tendrán que pasar por puestos de control custodiados por detectores de metales y quienes no puedan llegar hasta allí podrán seguir la función religiosa en las pantallas gigantes que estarán instaladas a lo largo de la Via della Conciliazione, Plaza Pía y Plaza Risorgimento.
El amplio dispositivo trabajará en estrecha colaboración con el Centro de Coordinación para la Seguridad Vaticana, una estructura que coordinará el operativo de la Gendarmería vaticana y la Guardia Suiza Pontifica, además de las principales fuerzas del orden italianas. «Estamos analizando los flujos de fieles que llegan a Italia y a Roma por carretera, en tren, en avión y en barco, con especial atención a las llegadas desde América Latina, especialmente desde Argentina», explicó Fabio Ciciliano, comisario extraordinario nombrado por el Gobierno de Giorgia Meloni.
Las autoridades locales esperan un millón de asistentes a las exequias teniendo en cuenta que sólo hasta la tarde del jueves más de 100.000 personas pasaron por la capilla ardiente en la basílica de San Pedro. Números de cumbre internacional para un evento que no será sólo una solemne ceremonia con la que la Iglesia católica despide a su último líder, sino que convertirá por unas horas a Roma en el centro del mundo.
Entre 150 y 170 delegaciones con, al menos, medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno confirmaron su presencia. Uno de los primeros en anunciar su asistencia fue el presidente de EE.UU. Donald Trump acudirá con su esposa. El matrimonio presidencial se alojará en Villa Taverna, la residencia del embajador estadounidense en Italia, Jack Markell, en Parioli. Este barrio sufrirá las primeras restricciones al tráfico ya desde la noche anterior a la llegada del presidente republicano. Se trata de una zona plagada de embajadas y residencias oficiales y, por tanto, una de las que más atención están teniendo por parte del dispositivo especial desplegado por las autoridades italianas.
Europa estará ampliamente representada y, entre los primeros que confirmaron su presencia, estuvieron el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que podría aprovechar la ocasión para intercambiar un cara a cara con Trump, según avanzó su portavoz. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, también participará. Italia, por su parte, lo hará con el presidente de la República, Sergio Mattarella, y su primera ministra Giorgia Meloni, que el miércoles acudió a despedirse de Francisco ante su ataúd expuesto en la basílica de San Pedro.
Desde Buenos Aires, ciudad natal del Papa, llegará el presidente argentino Javier Milei, mientras que, desde Brasil, lo hará su presidente, Luis Inácio Lula da Silva.
Una de las grandes ausencias será la de Vladimir Putin, que enviará en representación de Rusia a su ministra de Cultura. El ministro de Justicia de Italia, Carlo Nordio, desmintió este jueves que el Gobierno hubiera «congelado» la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra el presidente ruso, después de que medios locales publicasen que su ministerio no hizo los trámites necesarios para que el arresto fuera ejecutable si este decidía acudir al funeral de Francisco. Sí confirmó su asistencia, en cambio, su homólogo ucraniano, Volodymir Zelenski.
Las exequias del Papa serán un reflejo de las tensiones geopolíticas a las que se enfrentó Francisco. Así, China no mandará ningún representante ya que no mantiene relaciones diplomáticas con el Vaticano desde 1951, a pesar del histórico acuerdo pastoral alcanzado en 2018. Tampoco estará el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que enviará en representación al funeral a su embajador ante la Santa Sede en respuesta a las críticas del Pontífice a Gaza.
La mayoría de los países europeos sí enviarán una amplia delegación conjunta formada por su jefe de Estado y de Gobierno. Representantes de varias Casas Reales europea también acudirán a Roma para despedir al pontífice, como los Reyes de España.
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