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Hasta el 40% de los españoles puede sufrir intolerancia a la lactosa

Hasta un 40 por ciento de los españoles puede sufrir intolerancia a la lactosa, según ha informado el experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), una institución promovida por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), Federico Arg~elles Arias.

No obstante, es difícil conocer la prevalencia real de la enfermedad debido a la inespecificidad de los síntomas y al hecho de que muchas personas afectadas autogestionan su intolerancia sin acudir al médico y realizando un manejo de la enfermedad que no siempre resulta adecuado.

"Aunque se considera que los pacientes pueden tolerar una cierta cantidad (unos 12 gramos) de lactosa al día, la casuística es tan variada y personal que, ante la sospecha de intolerancia, es necesario confirmar el diagnóstico a través de un especialista. Las pruebas son sencillas y no invasivas y nos permiten adecuar las medidas preventivas al paciente", ha señalado Arg~elles Arias.

Y es que, la ingesta de lactosa no afecta a todas las personas del mismo modo. De hecho, algunas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades de lácteos, mientras otras tienen un umbral de sensibilidad más alto y es más difícil de observar su relación causa-efecto. También hay personas que pueden permanecer asintomáticas toda su vida porque no sobrepasan su umbral de sensibilidad con la cantidad de lactosa que consumen al día.

En este sentido, el especialista ha informado de que los síntomas que producen la intolerancia a la lactosa son hinchazón abdominal, diarrea, gases abdominales, flatulencia o meteorismo, dolor abdominal, retortijones, nauseas o vómitos. Unos síntomas que, a su juicio, pueden confundirse "fácilmente"con otras enfermedades digestivas como, por ejemplo, el síndrome de intestino irritable.

Ahora bien, la tasa y el ritmo de pérdida de lactosa varían según el origen étnico, por lo que la prevalencia de la intolerancia a lactosa difiere según las zonas geográficas. "Sabemos que los asiáticos pierden entre el 80 por ciento y el 90 por ciento de actividad de la lactosa. En cambio, en los europeos del norte la actividad de la lactosa se mantiene de forma más estable que en los europeos del sur y por tanto, no desarrollan intolerancia a lactosa con tanta frecuencia como en los países del sur de Europa", ha recalcado.

Por último, Arg~elles Arias ha destacado la necesidad de diferenciar entre personas hipolactásicas, es decir, malabsorbedores de lactosa, a las intolerantes a la lactosa, que son aquellos sujetos malabsorbedores de lactosa que presentan síntomas con el consumo de este azúcar.