Valencia

Un fármaco contra la cocaína funciona en ratas

La profesora de Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón, Rosa López Pedrajas
La profesora de Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón, Rosa López Pedrajaslarazon

Un estudio realizado por la profesora de Medicina Rosa López Pedrajas ha demostrado que, en el cerebro de las ratas, el topiramato es eficaz para prevenir los efectos dañinos a nivel molecular de la cocaína.

El topiramato es un fármaco antiepiléptico con mecanismos de acción opuestos a la cocaína en el sistema nervioso. Un estudio realizado por la profesora de Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón, Rosa López Pedrajas, ha demostrado que, en el cerebro de las ratas, el topiramato es eficaz para prevenir los efectos dañinos a nivel molecular de la cocaína. Por tanto, podría usarse en el futuro como tratamiento contra la adicción a la cocaína, una vez completados los estudios necesarios para su aplicación en humanos.

Otro de los hallazgos de esta investigación de la profesora de la CEU-UCH es que la administración de cocaína en ratas daña la memoria espacial de experiencias aprendidas anteriormente al consumo de cocaína, hecho que no había sido aún descrito. Se trata de un nuevo efecto neural de la cocaína, que se suma a los ya descritos previamente por otras invetigaciones sobre los mecanismos de aprendizaje y memoria, y para el cual el topiramato ha demostrado ser eficaz, en el caso de las ratas.

El estudio de la profesora de Medicina de la CEU-UCH demuestra que la cocaína administrada en ratas con una dosis de 15 miligramos por kilo (que equivale, aproximadamente, a un gramo en un humano de 70 kilos) provoca la disminución de la actividad de la proteína NF-?B en la corteza frontal del cerebro tras la administración de cocaína, lo que está relacionado directamente con el déficit en la recuperación de la memoria que esta droga provoca. En su estudio en ratas, la doctora de la CEU-UCH también ha demostrado que la cocaína induce una disminución de las defensas antioxidantes (GSH y actividad de GPx) necesarias para mantener una homeostasis en todas las células.

En las ratas estudiadas, el topiramato ha sido capaz de prevenir todas las alteraciones observadas tras 20 días de administración de cocaína, aunque la profesora López Pedrajas advierte: "Hay que seguir estudiando, ya que se trata de investigaciones realizadas en ratas, por lo que queda un largo camino para su aplicación a humanos".

Adicción vinculada a aprendizaje y memoria

La profesora de la CEU-UCH recuerda que está ampliamente estudiado que las regiones cerebrales donde la memoria se forma y almacena (el hipocampo y la corteza frontal) también están involucradas en el desarrollo de la adicción, por lo que es necesario encontrar un tratamiento que ayude a prevenir los efectos de la cocaína sobre estas áreas del sistema nervioso central para evitar así el desarrollo de la adicción y las recaídas una vez que se ha dejado de consumir. "Se puede decir que la adicción representa una usurpación de mecanismos neurales de aprendizaje y memoria bajo circunstancias normales. Es más, existen estudios que revelan similitudes entre la acción de las drogas y los procesos fisiológicos de aprendizaje y memoria".

La doctora López Pedrajas destaca también que, en el caso de la cocaína, estas investigaciones son especialmente relevantes para España, donde ésta es la segunda droga ilegal más consumida, después del cannabis. Según la encuesta EDADES de 2009 del Plan Nacional Sobre Drogas, el 2,7 % de la población entre 15 y 65 años ha consumido cocaína en los últimos doce meses y el 10,2% de la población la ha consumido alguna vez en la vida. Además, en cuanto a la percepción de riesgo, la cocaína es la droga que tiene el índice más bajo, después del éxtasis: solo el 77,4% de la población encuestada considera que es peligroso probar 1 ó 2 veces la cocaína.

Parte de los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista internacional Journal of Neurochemistry y forman parte de la tesis doctoral de la profesora de Medicina de la CEU-UCH Rosa María López Pedrajas. La investigación ha sido dirigida por los doctores Javier Romero Gómez, de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, y María Muriach Saurí, de la Universidad Jaime I de Castellón.

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