Investigación Médica
Sin fármacos de por vida tras un trasplante
Científicos españoles han ideado una nanoterapia que, en ratones, logra que el sistema acepte el órgano indefinidamente
Científicos españoles han ideado una nanoterapia que, en ratones, logra que el sistema acepte el órgano indefinidamente
En la próxima década, a los pacientes que tengan que pasar por un trasplante sus médicos no tendrán que informarles sobre los medicamentos (inmunosupresores) que hoy deben tomar de por vida. Fármacos que evitan que su sistema inmunitario ataque al nuevo órgano y, por lo tanto, que lo rechacen.
Un equipo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III han identificado una nueva terapia que evita el rechazo y elimina la necesidad de medicarse para siempre. Han ideado una nanoterapia dirigidas al sistema inmune innato que «permite la aceptación indefinida de los órganos trasplantados».
Las nanopartículas que han creado «penetran en la médula ósea e inactivan las células que generan ese rechazo al no reconocer el órgano trasplantado», explica a LA RAZÓN Jordi Ochando, científico titular del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III y principal autor del estudio que se ha publicado en «Immunity». Para la generación de estas nanopartículas «hemos introducido inhibidores como la rapamicina, un inmunosupresor». Es el uso de este medicamento tan extendido en el tratamiento clínico lo que favorecerá el salto del estudio animal –se ha probado en ratones trasplantados de corazón– a humanos. «Estimamos que entre tres y cinco años llevaremos a cabo los primeros ensayos clínicos en pacientes», augura Ochando.
La vida media de un órgano, como indica Ochando, es de 10 años, «aunque el trasplante de hígado tiene mejor supervivencia. Esta nanoinmunoterapia sería adecuada para todo tipo de trasplantes», sostiene. Es más, «se podría aplicar en todas las patologías en las que el sistema inmune está hiperactivado, como en la diabetes, la artritis o las alergias».
Este estudio ha contado con todo el apoyo de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). «Hoy se consiguen excelentes resultados después del trasplante con una muy reducida tasa de rechazo agudo pero, para ello, es necesario administrar una combinación de dos o tres fármacos inmunosupresores a cada paciente de por vida, siempre para evitar continuamente el rechazo y el deterioro del órgano trasplantado», explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la ONT. «Si este avance se trasladara a la clínica podría suponer que los trasplantes se pudieran realizar con los mismos o incluso con mejores resultados y los pacientes no tendrían que tomar esta terapia inmunosupresora que tiene efectos secundarios importantes», añade. Pueden producir alta toxicidad, riesgo de infección y de cáncer. Por ello, una persona de 50 años puede recibir hasta tres trasplantes a lo largo de su vida.
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