Antigua Grecia
Así es el tornillo de Arquímedes: la ingeniosa solución griega que podría haber salvado a Valencia de la DANA
Sus principios básicos son más útiles que nunca para gestionar inundaciones como las provocadas por una catástrofe
La catastrófica DANA en la Comunidad Valenciana provocó inundaciones en diversas zonas urbanas y rurales.
Ante esta situación, surge una reflexión técnica, ¿habría sido posible mitigar parte de los daños con una solución hidráulica tan sencilla como efectiva, utilizada desde hace siglos?
Un invento milenario, vigente a día de hoy
Se le atribuye a Arquímedes la descripción formal alrededor del año 234 a.C., aunque pudo haberse originado en el antiguo Egipto.
El tornillo de Arquímedes es una hélice dentro de un cilindro inclinado que, al girar, captura el agua y la eleva por la espiral para desplazarla hacia arriba, sin depender de presión externa ni desniveles fuertes.
Hoy sigue en uso global en depuradoras, riego agrícola e incluso como turbinas de baja inclinación para generar electricidad.
Potencia práctica frente al aguacero
El 29 de octubre de 2024 Valencia sufrió una DANA histórica con precipitaciones de hasta 640 mm en un solo día y 139 l/m² en solo una hora. Las tormentas provocaron una inundación devastadora en pueblos como Paiporta.
En este contexto, una instalación de tornillos de Arquímedes con capacidad para evacuar miles de litros por segundo, como los que se han instalado recientemente en Burriana, hubieran sido una barrera fundamental.
El tornillo Arquímedes en Burriana
Burriana implantó en la zona de la Serratella dos tornillos capaces de evacuar 2.900 l/s —1.450 por unidad— elevando el agua hasta 2,20 m sobre el nivel del mar.
Con un peso conjunto de 40 toneladas, esta estructura moderna se puso en marcha cuatro semanas después de adjudicar las obras en febrero de 2024, con una inversión superior al millón de euros.
El 12 de julio de 2025, la tormenta descargó unos 50 l/m² en una hora acompañados de ráfagas de viento y granizo. Los tornillos arrancaron de forma automática y funcionaron sin problemas, logrando mantener las calles libres de agua.
Una ciudad preparada
Si Valencia hubiera desplegado estos mecanismos en puntos críticos como salidas naturales al mar, ramblas o márgenes urbanas durante el episodio de octubre pasado, se habría contado con una herramienta activa frente al agua.
Los tornillos podrían haber aliviado el sistema de drenaje existente y evitado inundaciones en zonas bajas y encharcamientos repentinos.
Sin embargo, cualquier instalación debe integrarse en un enfoque mixto: combinar infraestructura gris como estos sistemas mecánicos con soluciones verdes como humedales, áreas permeables y restauración de cauces para retener agua y mejorar la resiliencia urbana.