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Despido

El Tribunal Superior de Justicia de Murcia ratifica el despido de un trabajador que llamó ‘zorras’ a sus compañeras alegando que les tenía alergia

La Sala de lo Social rechaza el recurso y valida la sanción disciplinaria

El Tribunal Superior de Justicia de Murcia ratifica el despido de un trabajador que llamó ‘zorras’ a sus compañeras alegando que les tenía alergia Irene CasanuevaConfilegal

La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJRM) desestimó el recurso presentado por un empleado y ratificó la valoración judicial previa que consideró su conducta una agresión verbal grave. El trabajador fue despedido de manera procedente tras proferir expresiones degradantes contra tres compañeras y exhibir un cartel con contenido ofensivo durante una sesión formativa en la sede empresarial murciana.

Según los hechos acreditados, el trabajador insultó a tres compañeras en su presencia y mostró un cartel con la palabra “puta” a espaldas de la coordinadora de formación, para después exhibirlo directamente ante ellas. Las afectadas presentaron una queja formal y señalaron que este comportamiento no era un hecho aislado.

El trabajador dijo en su recurso que el despido debía anularse porque la empresa no le había dado opción de defenderse antes. Sin embargo, el tribunalno aceptó ese argumento, ya que la norma que obliga a dar esa audiencia todavía no estaba en vigor cuando lo despidieron.

La sentencia valoró como determinantes los testimonios de las tres trabajadoras, que se consideraron prueba suficiente para acreditar tanto los insultos como la exhibición del cartel ofensivo. El fallo enfatiza la importancia de la dignidad y el respeto en el ámbito laboral como elementos esenciales a la hora de evaluar medidas disciplinarias.

Con esta decisión, el Tribunal Superior de Justicia de Murcia confirmó el pronunciamiento del Juzgado de lo Social, cerrando la vía ordinaria del procedimiento y validando el despido por conducta gravemente ofensiva hacia las compañeras. Los magistrados destacaron que la actuación del trabajador no solo supuso una falta de respeto individual, sino que comprometió el clima laboral y los principios de convivencia profesional.