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Así transcurre la angustiosa búsqueda contrarreloj de Julen

Una cámara la logrado bajar a 70 metros y ha localizado la bolsa de golosinas que llevaba el menor en la mano

Miembros de la Guardia Civil, Protección Civil y Bomberos coordinan el dispositivo de rescate del niño de 2 años que ha caído este domingo a un pozo/Efe
Miembros de la Guardia Civil, Protección Civil y Bomberos coordinan el dispositivo de rescate del niño de 2 años que ha caído este domingo a un pozo/Efelarazon

Trabajan en la zona bomberos e ingenieros para buscar la manera más segura de localizar a Julen. Una cámara ha logrado llegar a 70 metros de profundidad y ha localizado el primer indicio del menor.

Los equipos de rescate que trabajan en el intento de salvamento de Julen, el niño de dos años que se cayó ayer a un pozo en una finca de la localidad malagueña de Totalán, trabajan con dos hipótesis para tratar de llegar hasta el lugar donde se supone que se encuentra el menor, a unos 110 metros de profundidad, según informaron a LA RAZÓN fuentes de la investigación.

La primera, consistiría en cavar un pozo paralelo para poder llegar hasta dicho lugar, ya que la estrechez de la boca que tienen en el que cayó, no permite el acceso de una personas adulta.

En estos momentos, se encuentran en la zona agentes de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS); de Rescate en Montaña (GREIM), ambos de la Guardia Civil; bomberos de Málaga; 112, etcétera.

La segunda opción, sería realizar una excavación a cielo abierto, todo ello en función de lo que decidan los técnicos y de la disponibilidad de maquinaria.

El dispositivo trabaja a destajo y contrarreloj para tratar de dar con el pequeño Julen, en tareas que iniciaron el entubado del sondeo, de 25 centímetros de ancho, para tratar de evitar desprendimiento. Durante toda la noche prosiguieron los trabajos que contemplaron nuevas prospecciones así como extracción de tierra con sistemas más especializados.

Hasta hora, tan sólo se ha podido encontrar una bolsa de chucherías y un vaso de plástico en el interior de la cavidad, en la que se llegó a 78 metros de profundidad.

La empresa de desatoros Pepe Núñez aportó al dispositivo de búsqueda un moderno robot que se maneja por control remoto y que se utiliza normalmente para inspeccionar redes de saneamiento y aguas pluviales; el artilugio está siendo utilizado por primera vez para una situación de estas características y que es utilizado por dos técnicos cualificados para su manejo, que realizaron durante toda la jornada más de una decena de inmersiones con la cámara para tratar de localizar al niño.

No es la primera tragedia que sacude a los padres de Julen, que residen en la popular barriada de El Palo, en la capital. José y Vicky hubieron de afrontar en el año 2017 la pérdida de su hijo mayor, Oliver, que entonces contaba con tres años, a causa de un ataque al corazón mientras se encontraba dando un paseo por la playa. Un suceso que conmocionó entonces a los vecinos de la zona de “Las Protegidas” en la que residen.

En el caso de Julen, ambos relataron a la Guardia Civil que llegaron a escuchar el llanto del pequeño cuando cayó al pozo, mientras se encontraban preparando una paella junto a otros familiares y amigos, en una finca que se sitúa en el límite entre la capital y el municipio de Totalán.

Ahora, ambos reciben asistencia psicológica por parte de miembros del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres (Giped) del Colegio de Psicólogos de Andalucía que funciona en Andalucía desde que en el año 2006 se firmase un acuerdo para la atención a víctimas y familiares de víctimas e interviniese en situaciones de emergencia y desastres, que se activa a través del Servicio de Emergencias 112.

La mayoría de las actuaciones, que se prorrogan por espacio de 48-72 horas, tienen a menores como protagonistas y acarrean una gran alarma social y ellas se plantean para prevenir o atajar trastornos posteriores.

Intentar, en definitiva, canalizar las emociones, “ventilarlas” de manera adecuada con el objetivo de evitar lo que se conoce como “duelo patológico” o estrés post-traumático.

Los hechos ocurrieron sobre las dos de la tarde de este domingo cuando los padres del menor, se encontraban almorzando junto a otros familiares en una parcela ubicada el arroyo de Olías y el río Totalán, muy cerca del dolmen Cerro de la Corona.

Estaban preparando una paella mientras Julen y otro menor del grupo jugaban en el campo cuando uno de los familiares vio cómo el pequeño se caía por el controvertido pozo.