Política

Barcelona

Vuelve la difteria

Imagen de archivo
Imagen de archivolarazon

El niño de 6 años vecino de Olot (Gerona) ingresado en la UCI del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona por difteria se encuentra en estado crítico, aunque estable

El paciente empezó a presentar síntomas el pasado lunes 25 de mayo: cefalea, fiebre, dificultades para tragar... Cuatro días después, los padres, preocupados, le llevaron al médico para que le realizaran pruebas. ¿El diagnóstico? El pequeño, de 6 años y vecino de Olot (Gerona), estaba infectado con la bacteria de la difteria, convirtiéndose así en el primer afectado en nuestro país después de 28 años y en Cataluña tras 32 años. Desde el sábado, permanece ingresado en la UCI pediátrica del Vall d’Hebron. Según confirmaron fuentes del hospital, se encuentra en estado crítico, intubado y con ventilación asistida. Fuentes sanitarias afirmaron a LA RAZÓN que este caso no supone la puesta en marcha de una «alerta sanitaria», pues «no pone en peligro la salud de la población». En todo caso, se trata de una enfermedad de declaración obligatoria. No en vano, su vacuna, que se aplica junto a la del tétanos y la tosferina –conocida como DTP–, es obligatoria a los 2, 4 y 6 meses de edad, entre los 15 y los 18 meses, a los 6 años y entre los 11 y los 12 años, según marca el calendario vacunal fijado por la Generalitat catalana.

Y es que los padres del menor han rechazado que su hijo sea vacunado. «El movimiento antivacuna no es un problema serio en España, como sí puede serlo en otros países como EE UU. Perosí lo es en Cataluña y en Gerona. Es caso nos hace ver lo que puede pasar cuando unos padres no vacunan a su hijo», explica a este diario Francisco Álvarez, secretario del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación de Pediatría. Las asociaciones contrarias a este tipo de fármacos critican las «campañas de vacunación masivas», pues incluyen en su composición «sustancias muy tóxicas» debido a que pueden «ejercer una poderosa acción alérgena». Del mismo modo, consideran que sus «efectos adversos» y los «riesgos notables» que comportan las vacunas «suelen ser minimizados o ignorados». «Estos grupos confuden la vida natural con las vacunas. Confían en pasar la enfermedad de modo natural. Cuando salen noticias de este tipo, más que en la propia enfermedad, hay que hacer hincapié en las consecuencias. Hay que vacunar a todos los niños», añade Álvarez.

¿Más familias antivacuna?

Si bien no hay una alerta sanitaria –debido, entre otros factores, a que la tasa de vacunación es muy alta–, la Generalitat de Cataluña ha tomado medidas. Además, no se descarta que el niño pueda haber estado en contacto con otros que, como en su caso, tampoco hayan sido vacunados. Mireia Jané, subdirectora de Vigilancia y Respuesta de Emergencias de Salud Pública, explicó ayer que los técnicos se desplazaron a la escuela donde estudia el pequeño para comprobar los carnés de vacunación de sus compañeros. Además, se están localizando a todas las personas que hayan podido estar en contacto con el menor.

Pero, ¿qué es la difteria? Esta infermedad infecciosa está provocada por un bacilo, llamado «c. diphterae», que surge en la laringe y se contagia principalmente de persona a persona, a través del sudor, secreciones de nariz, estornudos o lágrimas. La bacteria va creciendo y libera unas toxinas que van directamente a la sangre, y que pueden provocar lesiones en el corazón, los riñones o el sistema nervioso. Los síntomas, que se presentan entre un día y una semana después de que la bacteria ingrese en la laringe, van desde que la piel adquiera un tono azulado hasta dolor de garganta, pasando por úlceras en la piel, fiebre, escalofríos, etc. ¿Las víctimas potenciales? Sobre todo niños menores de 5 años y mayores de 60. Se trata de una enfermedad endémica en algunos países de África, Iberoamérica, Asia y Oriente Medio. En Europa no es muy frecuente, aunque, como recuerda Álvarez, a principios de la década de los noventa irrumpió con fuerza en los países de la extinta URSS, «sobre todo en adultos y con mucha mortalidad. A raiz de aquello, en Europa vacunamos no sólo contra el tétanos, sino también contra la difteria. ¿Y su mortalidad? «Es una enfermedad que aparte de producir una angina muy grande, origina membranas muy adherentes y sangrantes. Uno de cada diez afectados acaba muriendo», responde el experto. En todo caso, si el pequeño supera la enfermedad, deberá vacunarse. «Esta vacuna no deja inmunidad permanente. Podría adquirir la difteria si alguien le tosa.

El hecho de que los países ex soviéticos hayan sido los últimos grandes afectados por la enfermedad parece haber sido determinante a la hora de adquirir un tratamiento procedente de Rusia para el pequeño. En la gran parte del entorno europeo la antitoxina estaba caducada y tampoco la poseían la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta. Por ello, el ministro Alfonso Alonso gestionó la compra de este fármaco con el embajador ruso Yuri Korchagin, tal como explicó ayer a Efe Rubén Moreno, secretario general de Sanidad. Así, las dosis llegaron el pasado lunes sobre las 15:20 horas a Barcelona en un avión comercial de Aeroflot, cuyos gastos han corrido a cargo del Gobierno ruso. Además, se producirán dos viales de antitoxina más que, según estaba previsto, debían llegar en la noche de ayer a Barcelona. Como reconoció el propio Moreno, todas estas gestiones han supuesto una «carrera contrarreloj» para dar con el medicamento y adquirirlo en el menor tiempo posible.

Derecho del niño

«La difteria es una enfermedad que prácticamente no existe en nuestro entorno europeo porque todo el mundo está vacunado», subrayó Moreno, que además llamó la atención sobre la importancia de que los padres sigan a rajatabla los calendarios vacunales establecidos en cada comunidad y por el propio Ministerio de Sanidad. «El derecho a vacunarse es del niño, no de los padres», pues, de no hacelo, puede haber «consecuencias tan graves como esta». En esta misma línea, la La Agencia de Salud Pública de Cataluña (Aspcat) recordó la importancia de cumplir con el calendario de vacunación para evitar que resurjan enfermedades graves «que prácticamente habían desaparecido de nuestro entorno».

a la vacunación generalizada de la población y a la mejora de las condiciones higiénicas.

Efe