Opinión
Las Yeses
Una compañía con cuarenta años de ejercicio teatral gracias a el arte, la bondad, la valentía y la resistencia de su alma mater y directora, Elena Cánovas
Mientras el mundo sigue enloqueciendo, y mi corazón se vuelve arrítmico leyendo las noticias, busco refugio en aquello que me calma hasta la armonía. Pienso en esas y esos que no tiran la toalla jamás y siguen peleando por los desfavorecidos, no solo con palabras, sino sobre todo con actos esforzadísimos y de riesgo propio. Pienso entonces en la última obra a la que he asistido y que ahora vuelve del Festival de Almagro. “Soldadescas” de Julieta Soria, una encantadora obra representada por un elenco de presas de la cárcel de Alcalá. Sí, ellas son las “Yeses”, una compañía con cuarenta años de ejercicio teatral gracias a el arte, la bondad, la valentía y la resistencia de su alma mater y directora, Elena Cánovas. Sigo su trayectoria porque las maravillas hay que perseguirlas y, todavía hoy, cuando se encienden los focos y salen ellas al escenario, acompañadas por otros actores profesionales, siento como mi piel se eriza dulcemente.
Comenzó “Yeses” en el año ochenta y cinco, cuando Elena, funcionaria de prisiones y teatrera licenciada en la Escuela de Arte Dramático, viendo la tristeza de las internas y el vacío cultural de la cárcel de Yeserías, convenció a sus autoridades para realizar un taller de teatro. Poco después, concibió que los hermosos trabajos que salían de sus actrices, debían ser vistos fuera de los muros penitenciarios. Entonces convenció a las autoridades para hacer giras, para volar a escenarios de libertad. Lo consiguió. En aquel entonces, las chicas iban acompañadas por la policía, hasta que unos años después y, viendo que ninguna se escapaba, las quitaron las esposas y llegaron, actuaron y regresaron libres hasta la prisión.
Poco a poco también, algunas instituciones impactadas por el calado de esta labor magnifica, fueron apoyando a esta compañía única en el mundo. Ahora veo sus fotos en Almagro y mi corazón vuelve a latir armonioso, sabiendo que el poder del teatro hará de esas mujeres gente bella; tanto como Elena y todos los que se dedican a esta labor esencial e invendible que nace del alma.